Alguien mencionaba en un comentario hecho que el caos si, pero en pequeñas dosis. La verdad es que cuando viene en grandes dosis, ¿qué sentimos? Tal vez nos veamos inmersos en un mundo que nos queda muy grande y nos veamos medio perdidos y desorientados. Pero bueno, esa es la realidad y con ella creo que hay algo más, sobre todo cuando el caos es de gran medida. Tal vez dos actitudes creo que sean las principales: una la de guardar silencio y la segunda dar pasos después de haber escuchado al silencio.
Lo de guardar silencio me parece importante, porque por lo general solemos escuchar poco. Ni escuchamos a la vida, ni a nosotros mismos ni a las personas que nos rodean. Tal vez sea más fácil quejarse y culpar a la vida y a los demás de todas las desgracias que nos ocurren. Pero lo difícil y, ¿por qué será que nos cuesta pensar?, es precisamente escuchar y pensar lo que nuestro propio caos quiere decirnos. Fíjate que muchas veces lo que para mi es un caos, para otros no lo es.
¿Qué dice cada situación sobre mi mismo? ¿A que se me invita en cada situación que parece caótica en mi vida? ¿Qué puedo aprender, no ya de los demás, sino de mi mismo? Silencio, escuchar a la vida, apreciar lo que no entiendo, valorarlo, dejar prejuicios y sentimientos, permitir que las situaciones hablen y me ayuden a conocerme más a mi mismo.
Yo creo que dentro del caos la vida tiene sentido, simplemente hay que buscárselo y dárselo. A veces no es lo que puede parecer, sino lo que simplemente es. Lo que pasa es que mezclamos situaciones, sentimientos, necesidades, creencias y valores. Lo juntamos y le damos mil y una interpretaciones, cuando a veces la realidad es mucho más simple que las interpretaciones que podamos darle. Tenemos que aprender a escuchar.