17/11/14

Aprendiendo de los demás.


Ya decía Jesús que "si no somos como niños no entraremos en el Reino de los Cielos.... ¿Por qué será? ¿Cuál es la diferencia entre un adulto y un niño? ¿Qué podemos aprender de los niños?
  • Imaginación. Los niños viven abiertos a lo que todavía no existe. Se crean fantasías. Imaginan cosas nuevas. No se sienten limitados por el mundo del adulto. Todo cabe y todo es posible en su mente. Los ves hablando solo, montándose mil y una historias sin ningún tipo de prejuicio. Son libres para pensar, imaginar y crear.
  • Curiosidad. Esa curiosidad que tanto nos molesta a los mayores, una curiosidad que muchas veces creemos que invade nuestra libertad personal o nuestra vida privada. Una curiosidad que "quiere simplemente" aprender, conocer. El niño no es conformista, es inquieto, "quiere saber". Y es parte de la humildad que necesitamos tener a la hora de reconocer que hay cosas que no conocemos. Un niño quiere saber y a un adulto muchas veces no le interesa aprender. Se conforma con lo que sabe y con lo que no sabe.
  • Vivir plenamente el momento. ¿Somos capaces de vivir plenamente lo que hacemos en cada momento? ¿Ves a los niños cansarse del juego, de estar con los amigos, de disfrutar de lo que hacen libremente? 
  • Saber caer y saber levantarse. Caerse es parte del juego, levantarse es necesario para seguir jugando. Si no son situaciones que realmente lo impidan os niños aprenden a levantarse. A nosotros los adultos nos cuesta aceptar las caídas, nos resulta duro que nos vean caer y nos cuesta levantarnos del suelo por el orgullo de que nos vean como parte del fracaso. Hace poco escuchaba a Luis Costa hablar sobre el precio de un "NO". Para obtener un "SI" necesitamos golpear la puerta muchas veces 100 veces. Divide eso entre 100 y tendrás la visión positiva de la caída. Cada caída tiene un precio acumulado para cuando seguimos a pie.
  • Libertad natural. Y entiendo por ello esa capacidad de ser totalmente natural aún cuando las miradas externas nos juzguen. El niño no tiene miedo de si va vestido de una forma u de otra, si está totalmente sucio o limpio. Es libre. Los prejuicios los ponemos nosotros.
  • Valorar lo que se tiene. Pueden ver las películas mil y una veces que la siguen viendo y viviendo con naturalidad y posiblemente aprendiendo cada vez algo nuevo. Puedes presentarle algo diferente que siguen eligiendo lo que les gusta. Son libres.