Aunque todas ella podría resumirse en una sola, que es la HUMILDAD, las personas que consiguen sus objetivos son personas que se caracterizan precisamente por eso la HUMILDAD que no es otra cosa que reconocerse uno a sí mismo como es, bueno en lo bueno, mediocre en lo mediocre y limitado en lo limitado. Decía alguien que la HUMILDAD es reconocer lo que uno es y saber buscar y compartir con los demás es por ello que las personas que tienen éxito:
- ACTITUD DE PREGUNTAR. Hay personas que les cuesta preguntar y reconocer que no saben. Preguntar es una cualidad. A través de ella muestras interés por las cosas, por las personas. Cuando preguntas reconoces que no sabes y que quieres aprender. No olvidemos que hemos sido niños y que hemos llegado hasta aquí "preguntando" aunque nuestras preguntas a veces hayan exasperado a muchos.
- SABER DELEGAR. Es otra forma de desarrollar la humildad y reconocer que otros desarrollan ciertas cosas mucho mejor que nosotros. El triunfo consiste muchas veces en saber rodearse de los mejores y saber confiar en ellos. Humildad, más confianza, más saber delegar responsabilidad en los demás nos ayuda a alcanzar el éxito y a los otros sentirse parte de nuestro éxito, aunque el éxito es parte de todos, es del equipo aunque a veces uno es el que conduce las habilidades de los otros.
- PEDIR AYUDA. Quizás sea una de las actitudes más difíciles a tener en cuenta. ¿Qué sentimos cuando pedimos ayuda? Un sentimiento de inferioridad recorre todo nuestro cuerpo. Es reconocer nuestro limites y reconocer que los demás tienen algo que aportar en nuestras vida. Hace pocas semanas le hice una propuesta a una persona para empezar un proceso económico importante en su vida: partir desde cero para adquirir libertad financiera. ¿Qué hizo? No lo pensó dos veces, pidió ayuda. Después de dos semanas la encontró. Hoy está en un proceso de cambio hacia esa libertad financiera que tanto necesitamos todos. Saber pedir ayuda, humildad y arte, así como creer en que somos merecedores de ella, así como creernos con la responsabilidad de compartir lo generado con ella.
- BUSCAR PUNTOS DE REFERENCIA: Nuestros puntos de referencia son aquellos que han andado por el sendero antes que nosotros y han conseguido resultados. Aprender de los mejores es ponernos en manos de ellos, escuchar, preguntar, aprender y ver todo aquello que ha hecho posible el éxito en su vidas. A parte es reconocer que estamos dispuestos a aprender, a mejorar.
- APERTURA A LA CRITICA: Qué difícil es estar abierto a la crítica, pero es necesario; lo es en el sentido que si queremos mejorar, si queremos llegar a los demás, si queremos darle significado a las cosas buscaremos más profundidad y pulir mucho mejor el diamante que llevamos dentro. La costumbre de identificar lo incompleto, lo defectuoso o aquello que se puede mejorar con cierto tipo de fracaso personal nos lleva a centrarnos más en lo que no queremos que en lo que sí queremos y para ellos no queda más remedio que pasar por el crisol de la vida y por la crítica constructiva que nos hacen los demás.