25/10/11

En medio de la realidad



Me llamaba la atención un relato que leí sobre una psiquiatra que volvía loco a su marido por los gritos que día a día le daba a su hijo en la casa, y también el de la mujer que practicaba meditación transcendental y yoga y que después no era capaz de conciliar el sueño durante la noche porque un gato la ponía de los nervios. Como dice el refrán, el dicho al hecho hay mucho trecho. La vida no consiste en vivir de ideas, sino de saber plasmarlas en la práctica y sacarle provecho para la vida diaria, de lo contrario para nada sirven.

Algo parecido me sucedió a mí con alguien que decía ser practicante profunda de yoga, que manejaba terapias alternativas con piedra y que desde muy temprano en la mañana hacía su yoga y sus meditaciones transcendentales. Hubo un día que ante una mínima dificultad en algo que quería y deseaba saltó como un rayo, enfadada al punto de no dejarme ni tan siquiera hablar por un instante.

Recuerdo que Tony de Mello comentaba en uno de sus libros que el mejor sitio para relajarse y hacer yoga y meditación es en el medio de la ciudad, donde más tráfico haya y donde más bullicio de gente exista. Cuando lo leí me llamó la atención. Después de que explicara el motivo y de los años que han pasado he comprendido que de nada sirve una relajación, un creencia, una idea o un sentimiento si en el momento en que lo necesitas no te sirve para nada. Pensé y pienso que que uno tiene que forjarse en el campo diario de batalla donde de forma contínua uno se ve puesto entre la espada y la pared tanto por las decisiones que tiene que tomar, por las actitudes que hay que adoptar y por los sentimientos y emociones que tiene que elegir para vivir las diferentes experiencias.

Estudiar en un colegio, leer cantidad de libros, desarrollar muchas y bonitas ideas de nada sirven si no se viven y no se experimentan en la vida cotidiana. Es algo que nadie puede vivir por ti, es uno mismo el que vive cada experiencia y en medio de ella tiene que crecer y desarrollarse como persona. Nuestra vida tiene que ser un constante laboratorio donde ponemos en práctica todo aquello que pensamos  creemos, porque de lo contrario nada nos aportará. Y como diría Tony de Mello, "nadie se emborracha pensando solamente en el vino". Solamente vive el que se decide a ello y a dejar salir la vida que lleva dentro.