Hoy ha sido un día de esos en los que te sientes satisfecho. Primero por empezar el día con una buena caminata. Hacía tiempo que no realizaba ejercicio. La operación me ha retenido un poco en casa. Necesitaba caminar y lo hice a un buen ritmo.
Aproveché la hora de caminar para ir escuchando a Camilo Cruz sobre las reglas del éxito. El éxito, reafirmaba, no llega por casualidad sino que es fruto de la determinación y de marcarse unos objetivos hacia los que ir. Como el decía, los objetivos no son lo único, sino que el "por qué", la "motivación" es otra parte importante del éxito. Si la motivación está ahí tenemos combustible para arrancar y proseguir en los momentos más duros.
Me gustó también la importancia que le daba al juntarse con personas que aspiran y respiran los mismos ideales que uno. Me resultó simpático los ejemplos que ponía: "Si quieres ser un buen borracho, busca siempre estar con el mejor borracho que conozcas. Si quieres estar enfermar de la gripe, visita a gente que tenga esa enfermedad y está un buen rato con ella. Si quieres tener éxito, rodéate de gente que lo ha tenido y de gente que lo busque. Somos nosotros los responsables de prepararnos para el éxito y de buscar las herramientas y las personas que nos puedan ayudar a conseguirlo.
"No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", "no busques excusas", "no trates de ser perfecto para empezar, porque sino jamás empezarás o lo harás muy tarde". Es éxito comienza desde la misma pobreza o desde las propias limitaciones, desde el momento que la asumes y desde el momento que empiezas a construir desde ellas. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar...., paso a paso".
Actitud de servicio y de querer significar algo en la vida de los demás. Impactar en la vida de los demás le da sentido a tu vida, sentido de que eres útil, sentido de que la vida es construir para ti y para los demás. Me impactó mucho cuando recordó la definición que alguien tenía sobre el infierno: "El infierno es el llegar al día de tu muerte y ver un espejo lo que has sido y lo que no has querido llegar a ser".
Más tarde tuve una reunión de esas con las que te quedas con ganas, reuniones en las que aprendes de lo que otras personas saben y hacen en la vida. Me sentí realmente enriquecido y me siento ilusionado de estar trabajando con un grupo de gente que quiere comerse el mundo, en el sentido de las ganas y de la ilusión que tienen de triunfar. Quedé tan contento que creí oportuno convocar una reunión cuanto antes. No podemos dejar pasar de largo tanta riqueza en ilusión, en ganas y en talento.