4/9/14

El amor


Me ha gustado esta frase. Estoy convencido de que el AMOR mueve montañas y hace que desde dentro de uno mismo surja lo inexplicable. Tal vez la mejor definición del amor, con la que me identifico plenamente es la de San Pablo:


Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.
Ya podría tener el don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.
Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca.

Me identifico plenamente con ello porque el amor es algo que da sentido a la vida y que muchas veces no somos capaces de explicarlo, incluso a nosotros mismos.

El amor hace que, cuando nos metemos de lleno en él, lleguemos a hacer cosas que nunca hemos creído poder hacer y que incluso hayamos llegado a rechazar.

El amor es algo tan personal e intransferible que solamente lo puede entender quien lo vive. Incluso muchas veces te ves metido en él, lo valoras, lo aprecias, te transforma y no eres capaz de darte explicación lógica alguna, sino la del placer de amar por amar.

Es el amor el que da sentido a nuestras vidas. ¿Qué pasa cuando amamos? ¿Y cuando no lo hacemos? ¿Qué sucede dentro de nosotros? ¿Y dentro de las personas que vemos que aman y sirven con una cara llena de alegría?

Te dejo con esta canción en la que Jose Luís Perales lo canta: