27/5/14

El día después: La desilusión que se veía venir.



El día después de las elecciones a diputados europeos muestra una clara separación entre la clase política y el pueblo llano. Y no creo que extrañe absolutamente a nadie que se pierda la confianza en la clase política cuando millones de personas no encuentran trabajo, cuando la justicia no trata a todos por igual, cuando se ve que el esfuerzo de muchos es para alimentar los bolsillos de otros.

Una persona de las perdedoras decía que había que estar más cerca del pueblo; otra decía que había que utilizar una mejor pedagogía hacia la gente; había quien declaraba que había que elaborar un proyecto más convincente para el pueblo.

La realidad es mucho más simple y más llana: La clase política tiene que tomar conciencia de que son representantes y servidores del pueblo y ello conlleva a llevar un estilo de vida mucho más simple y sencillo que el que actualmente se lleva.

Hay una idea de que la política está ahí para enriquecerse y llenarse los bolsillos. La realidad y ante tanto caso de corrupción hace que la desconfianza se instale en los ciudadanos sobre todo cuando la carencia de unos se contrasta con la opulencia de otros.

Hay un caso a nivel bíblico que debería reflejarse en aquellos que son servidores del ente publico y me refiero a la Ultima Cena cuando Jesús le lava los pies a los discípulos. Aunque no lo parezca la política es una actitud de servicio a los ciudadanos y cosecharás votos en la medida en que ayudes a conseguir objetivos en las personas llanas y sencillas del pueblo, sobre todo en lo que se refiere a sus necesidades básicas.

Lo único que puede ayudar a recuperar la confianza del pueblo es el servicio. Y pongo otro ejemplo bíblico que es determinante: "Venid benditos de mi Padre porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; forastero y me acogisteis, ......

La política es eso: servicio y mientras no lo sea difícilmente será representativa de lo que un pueblo quiere.