9/3/12

Aprovechando todo



Oía esta mañana por boca de un compañero la historia de una vieja mula que se había caído en un pozo y que los viejos del lugar querían ayudarla a morir intentando enterrarla en arena, piedras y todo tipo de escombros que iban tirando para tal fin. Para gran sorpresa de todos la mula, deseosa de vivir, iba sorteando todas y cada una de las paladas de tierra, piedra y escombros que iban tirando al tiempo que iba pisando todo aquello que iba cayendo por el pozo. Poco a poco, y sin que nadie se diera cuenta, la mula iba subiendo victoriosa hacia la superficie, eso sí, sin dejar de llevar en el cuerpo las señales de todo lo que le iba cayendo encima.

¿Quien de nosotros no ha estado recibiendo en la vida alguna vez todo tipo de cachetadas? ¿Quien no se ha encontrado con esos fuertes golpes de la vida? Unas veces nos hemos venido abajo, pero la sabiduría está en saber utilizar las flaquezas para, apoyándonos en ellas, salir reforzados.

Un pequeño ejemplo puede ser la soledad o el rechazo que hayamos podido haber tenido en alguna ocasión. ¿Nos ha servido de algo? Por mi parte puedo decir que en esas experiencias duras que he tenido me he encontrado conmigo mismo. Otros pueden abandonar el barco e incluso rechazarlo, pero el barco continúa flotando por si mismo. En experiencias como esa no encontramos ineludiblemente con nuestra propia realidad y no nos queda otra que aceptarla y aceptarnos en ella, queriéndonos, creyendo en nosotros mismos y sabiéndonos reconocer como alguien importante en la vida.

Es precisamente en los duros momentos cuando nos ponemos a prueba a nosotros mismos y echamos de los recursos que llevamos dentro, cosa que no haríamos en condiciones normales, pues tendemos a descansar y delegar en otros dejando adormecer muchas de nuestras cualidades.

En los momentos duros, tal y como la mula lo experimentó, podemos conseguir unos hombros duros, tal vez podamos desarrollar el ingenio y llegar a utilizar aquello que nos molesta y nos hace daño para salir por nosotros mismos de las situaciones que nos agobian.

No estaría de más el mirar hacia atrás, hacia esos momentos duros que hemos tenido y observar tranquilamente lo que hemos hecho, lo que aprendimos, lo que nos ha permitido crecer a nivel personal. Nada mejor que la misma escuela de la vida y de nuestra propia historia para seguir creciendo como personas.