8/7/11

Valores, vida y expectativas



Hay algo que me llama la atención del mundo y de la sociedad en la que vivimos. Cuanto más avanzamos en el desarrollo social, económico y tecnológico encuentro que la gente se siente más insatisfecha con los modelos de vida que lleva adelante. Detrás de las insatisfacciones podemos encontrar todo tipo de conductas o de actitudes que buscan alternativas a las frustraciones que uno tiene. Como meros datos se puede citar el alarmante número de enfermedades metales, el consumo sin equilibrio alguno de alcohol, drogas u otro tipo de dependencias entre las que podemos mencionar el juego, la comida y otras tantas cosas. ¿Qué hace que nos sintamos mal con la vida que llevamos? Podemos echarle la culpa a personas que viven a nuestro lado, a la situación económica o a situaciones personales. En el fondo el problema está dentro de uno mismo.

La felicidad o la satisfacción en la vida es una conjugación de unos elementos muy importantes: Aceptación personal, valores y coherencia.

  1. La aceptación personal es la base de todo. Jamás en la vida podré sentirme satisfecho sino no me encuentro conmigo mismo. Valorarme y aceptarme por lo que soy es la piedra angular. Si esta premisa no se cumple ya puedo tener yo todo el dinero del mundo que cuando me encuentro conmigo mismo seré un pobre desgraciado que tan sólo inspirará lástima.
  2. Los valores que tenemos y que profesamos, basados en toda una serie de creencias que hemos ido aprendiendo a lo largo de la vida, aunque a veces han sido transmitidos aunque no asimilados, son parte de algo que nunca nos dejará en la vida y que camina como auténtica sombra o como ángel de la guarda: la conciencia. Y cuando hablo de conciencia no me refiero a la que puede ser de tipo religioso, que no deja de ser importante, sino a la conciencia que marca la congruencia o la incongruencia que vivimos de acuerdo con lo que creemos, pensamos y profesamos. Cuando nos fallamos a nosotros mismos, nuestra vida anda a la deriva y de ahí comenzamos la búsqueda incesante de aquello que nos falta.
  3. Es la congruencia la que nos permite tener equilibrio emocional en la vida y sentirnos satisfechos de nosotros mismos y de lo que hacemos. Es la congruencia la que nos permite caminar sin ningún tipo de caretas ni de miedos hacia el exterior, porque nos sentimos felices y satisfechos de quienes somos y de lo que creemos y profesamos.
Cuando en la vida tenemos y luchamos por objetivos o metas sin tener en cuenta nuestros propios valores internos es cuando se puede llegar a esa insatisfacción que nos hace andar a la deriva. Es por ello que nunca está de más el preguntarse por los valores que hay detrás de cada decisión que tomamos o dejamos de tomar. Son los valores, y nunca mejor dicho, los que aportan VALOR a la propia vida, y es por ello que no podemos obviarlos o dejarlos de lado a la hora de decidir lo que queremos en la vida.

Piensa en una cosa, tan sólo una, en el día de hoy ¿qué valores has vivido?