Puede parecer algo serio, pero seria es la vida. Puede que cueste trabajo ponerse a pensar, a concretar, a escribir y, sobre todo, a fijar tiempos y plazos, pero la vida es eso, dar pasos concretos, pensados, reflexionados, marcándose tiempos para que no todo quede en el cajón de los olvidos.
Por lo general hacemos proyectos para iniciar e invertir en negocios, aunque siempre hay quien va por libre y a lo loco sin medir sus posibilidades. Un término muy utilizado es el de viabilidad del proyecto, dónde uno analiza las posibilidades realidades de éxito o fracaso. Proyecto y Viabilidad son importantes en si, pero requieren su elaboración minuciosa para que dicho proyecto se haga realidad.
Para el éxito en la vida también es necesario elaborar un proyecto, una ruta, una línea a seguir. El éxito no sólo se da en el ámbito de los negocios, sino en el personal, en el crecimiento de uno mismo, en el desarrollo social y familiar, en el crecimiento físico, personal, espiritual, y el de todos los ámbitos de nuestra vida.
Hay una cosa, una duda que se queda flotando en mí mente. ¿por qué nos cuesta tanto elaborar un proyecto? ¿tal vez no queremos sentirnos presos de el? ¿quizás sea que preferimos no pensar y concretar? ¿será que conocer los pormenores, los riesgos y los beneficios nos hacen dudar de más?