Control Emocional.
El control emocional es una de las cosas más difíciles de conseguir en la vida diaria. Somos cuerpo, alma, emociones, sentimientos. Guardar un equilibrio emocional requiere de una gran autoestima y de una gran seguridad en unos mismo y en los valores en los que cree como persona.
¿Qué hace que perdamos el control de nosotros mismos? Unas veces será el orgullo, otras veces la necesidad de auto afirmarnos ante los demás. Hay situaciones en las que no queremos perder el control de la situación y ello nos hace vivir mucho más estresados y susceptibles a cualquier descontrol cuando las cosas no funcionan tal y como nosotros queremos.
Los valores ante todo.
Escuchaba hoy a una persona que trabaja en la enseñanza sobre una situación vivida recientemente en su puesto de trabajo en la que tuvo que hacer frente a una situación agresiva de una alumna del centro. Me contaba que ante todo tenía que guardar la calma por varios motivos:
- No entrar en la dinámica agresiva de la alumna.
- No exponerse a cometer fallos que le hicieran caer en problemas legales.
- Mantener sus valores a pesar de las circunstancias.
Me gustó sobre todo el tercero de los puntos. ¿Por qué? Porque cuando no llueve tal y como nosotros queremos es muy fácil dejar nuestros valores atrás y arrasar con todo lo que nos molesta. Mantener la calma y el equilibrio en situaciones que nos vienen en contra hace que nuestros valores estén bien asentados y no sean pura filosofía barata que puede cambiarse en cualquier momento de la vida.
Ofrecer nuestros valores.
No hay peor tormenta que la que cada uno se crea en su propia cabeza ni hay peor paso que el ir a donde no queremos. Cuando no nos mantenemos en nuestros valores acabamos cayendo en los valores del otro y yendo hacia lo que el otro nos ofrece, que no es exactamente lo que buscamos. En esos momentos estamos poniendo nuestra vida en sus manos, nuestros valores los cedemos ante los del otro y nuestras vidas ya no las controlamos nosotros sino que son ellos los que las controlan porque actuamos basados en lo que nos molesta de ellos.
La libertad, símbolo de nuestros valores y creencias.
Cuando creemos firmemente en nosotros mismos, en nuestro valores y creencias y no cedemos ante los envites de la vida, ¿qué estamos experimentando? Nada más y nada menos que la libertad de ser nosotros mismos y de vivir la paz de la misma libertad que nos lleva al equilibrio emocional en el que no dependemos de las circunstancias sino que somos nosotros los que las controlamos a ella. Somos nosotros mismos los que nos otorgamos el poder de como vivir cada momento. Somos los dueños de nuestra propia vida y decisiones. Eso nos permite vivir de forma equilibrada y libre.