Si hay algo que es común a todos nosotros, los seres humanos, es que todos hemos tenido que pasar por grandes desafíos en momentos determinados de nuestras vidas. Desde nuestra más tierna edad nuestro carácter se ha ido forjando como un mecanismo de defensa o como una herramienta para poder afrontar los retos de la vida. Hay quien dice:
Todo lo que eres depende de tres factores:
de tu herencia,
de tu ambiente
y de lo que hayas hecho,
en libre elección,
con tu herencia y tu ambiente.
Aldous Huxley.
Y es precisamente ésto lo que me hace pensar que si los pequeños y grandes triunfos nos permiten conocer la riqueza que hay dentro de cada uno de nosotros, no lo es menos el conocernos a través de los pequeños y grandes desafíos.
¿Cuáles han sido los momentos difíciles de la vida? ¿Cuáles han sido esos momentos en los que mi barca, mi vida, mi persona se ha visto zarandeada? Recordar, revivir y sentir nuevamente en mi cuerpo éstos momentos pueden ser de una riqueza extraordinaria. Y lo son porque si he llegado hasta donde estoy es porque he sobrevivido a dicha situación y, lo más probable es que haya aportado riqueza, talentos, fortalezas y cualidades a mi vida. Es por ello que si tomo conciencia de esos momentos, los anoto en un papel y doy un segundo paso comience a ser consciente, si ya no lo soy, de esa inmensa riqueza que se esconde dentro.
El segundo paso importante es el tomar consciencia de los resortes que me apoyaron en esos momentos. Resortes que pueden ser ideas, valores, creencias, personas, ideas, sonidos, colores, formas y otras tantas cosas en las que puede apoyarme y que me permitieron flotar, nadar contracorriente, adaptarme a lo que tenía y vivía en esos momentos. Fueron las muletas, los bastones y los baluartes en los que me apoyaba y que forman parte de algo que existía dentro de mí, que sigue existiendo, aunque sea de forma latente, y que formar parte integral de mi vida.
Pero, ¿qué me hizo reaccionar? ¿qué fue lo que me sacudió? ¿qué hizo que me despertara del sueño en el que me encontraba y que no permitía que me diera cuenta de lo que estaba viviendo? ¿Cuál fue esa situación limite que me hizo ponerme en pie y decir que quería algo diferente, algo por lo que tenía que moverme, algo por lo que tenía que luchar? Hay situaciones extremas para cada uno que nos hacen reaccionar, que nos hacen salir de ese letargo en el que nos encontramos. Y detrás de esas situaciones hay sentimientos y sensaciones que son las que forman, también, parte de nosotros, parte totalmente positiva porque ponen en marcha toda es maquinaria. ¿Te atreverías o tendrías la paciencia de bucear hasta esas sensaciones, situaciones y capturarlas juntos con los sentimientos que te movieron?
Si tomas conciencia de todo ello, si vuelves a revivirlo, si tus sentimientos se ponen en marcha, y si aportan algo nuevo a éste momento de tu vida, podrás sacar una lista muy interesante de cualidades, resortes, valores, fortalezas y de recursos que hay dentro de tí y de los que puedes echar mano en estos momentos para proseguir tu camino.
¿Te animas? Te recuerdo:
- Momentos difíciles de mi vida.
- ¿En qué o quién me apoyé?
- ¿Qué o quién me hizo reaccionar?
- ¿Qué movió en mi alguna persona o situación y me ayudó a salir?
- ¿Qué experimento al revivir esto?