16/7/14

Un primer paso: Admitir la realidad.


No hay nada como planificar un viaje desde el punto de partida. Y éste es, nada más y nada menos, que la situación en la que nos encontramos.

Negamos muchas veces nuestra realidad, no la queremos ver. Pero, lo queramos o no, es el principio del viaje, de lo contrario comenzaremos a ir en una dirección que nos arrojará cantidad de dificultades en el camino sino el transitar por caminos que no conducen a donde queremos.

¿Cuál es nuestra realidad? ¿No queremos? ¿No podemos? ¿No nos sentimos motivados? 

De la misma manera que planificamos un viaje desde nuestro punto de partida, también lo tenemos que planificar en nuestra vida y en nuestros objetivos. Nos cuesta no solamente reconocer donde estamos, también nos resulta poner el itinerario de los pequeños o grandes pasos que tenemos que dar a lo largo de nuestro trayecto.

  • ¿Dónde estoy?
  • ¿Dónde quiero llegar o qué quiero conseguir?
  • ¿Qué pasos tengo que dar?
  • ¿Con qué medios propios cuento?
  • ¿Con qué elementos externos puedo contar?
  • ¿Con qué dificultades me voy a encontrar?
  • ¿Cómo las voy a enfrentar?
  • ¿Cuál es mi estado anímico frente a lo que quiero alcanzar y el camino a realizar?
  • ¿Cuáles son los retos personales que tendré que asumir?


Es una pequeña maleta mental que tenemos que preparar a la hora de enfrentar el camino a realizar.