Hace unos días reflexionaba sobre lo que nos influencian las personas que están a nuestro alrededor. Hoy lo hago sobre las personas que tendrían que estar a nuestro lado, o de las personas a las que tendríamos que acercarnos para conseguir aquello que buscamos. ¿Por qué? Por una sencilla razón, tomar conciencia de quienes estamos rodeados no cambian nuestra realidad, pero tomar conciencia de las personas de las que podríamos rodearnos sí podría cambiar nuestra realidad. ¿En que sentido? En que si tomamos conciencia de una realidad que no nos satisface y no la cambiamos, pues no nos ayuda de nada.
Unos ejemplos nos ayudarán a entenderlo mejor. Imagínate que eres consumidor de droga y estás rodeado de gente que la consume, que te incita a ello o de circunstancias que te invitan al consumo. Si sigues en el mismo círculo se tienen todas las probabilidades de continuar en el mismo esquema emocional, ambiental y de pensamiento. ¿Qué pasa si te rodeas de gente que no la consume, ni la vende o de circunstancias que te evitan esa frustración interior que te llevan al consumo? ¿Cambiaría la situación? Muy probablemente. Hay quien dice que cambiando la manera de pensar se cambia el exterior que nos rodea y la misma vida parece cambiar.
Hoy todos queremos conseguir algo en la vida. ¿Las personas que nos rodean son personas que nos pueden ayudar a conseguir el objetivo? ¿Tienen la experiencia de haberlo conseguido o nos hablan desde la pura teoría? ¿Quiénes son personas que podrían ayudarnos? ¿Donde y cómo podemos encontrarnos con ellas o entrar en contacto? ¿Cómo podemos llevar un estilo de vida afín a lo que queremos conseguir y con personas que vivan esos mismos valores u objetivos?
Si en el roce con los demás se va conformando nuestra manera de pensar y nuestros hábitos o actitudes como acercarnos a aquellos que pueden alimentar y apoyar nuestros sueños. Y no te miento si te digo que sería hasta conveniente de hacer una lista de personas, actividades, libros, canciones, espacios, etc. que pudieran ir alimentando y acrecentando nuestra forma de pensar y la incorporación de nuevos hábitos, actitudes y actividades en nuestro caminar por la vida. Te animo a hacer la lista.
El éxito es posible en nuestras metas, sean pequeñas o grandes. La posibilidad empieza cuando nuestra manera de pensar se alinea con las actitudes necesarias para conseguirlo, cuando se rodea de personas que alimentan nuestro sueños, y cuando permitimos que nuestra mente sustituya las ideas de éxito por las de fracaso. miedo o limitación que generalmente nos condicionan.