24/6/10

Una sonrisa, por favor



Entrabamos en una tienda de niños para comprar unos zapatos para mi hija. En el centro de la tienda estaba la única responsable del comercio con una cara más bien seria, manejando unos papeles y ensimismada en sus asuntos. Por su lado pasamos nosotros tres, mi mujer, mi hija y yo. El silencio era el estandarte de la tienda. Música de fondo no había. Vimos unos zapatos y pedimos el número de la niña, un 31. "Creo que tengo alguno dentro o en el escaparate", dijo la dependienta. La dedicación a su trabajo interno hizo que no tuviera el tiempo para buscar el número de mi hija. Optamos por irnos.

A unos metros de la misma tienda había otra, entramos y nada más entrar encontramos luz, música y una voz alegre y femenina que nada má entrar por la puerta nos sorprendió con un alegre "Hola, buenos dias, ¿puedo ayudarles en algo? Lo que queríamos no lo tenía, pero la sensación que tuvimos al salir fue bien diferente. Alguien te invita a comprar on la mirada, con su voz, con su interés, con su recibimiento.... Te sientes algo más que un consumidor. Te sientes persona.

La empatía, esa parte clave de nuestra inteligencia emocional, es clave en nuestra relación con los demás, sean pareja, hijos, amigos, clientes, etc. Las cosas se ven mucho mejor si se adornan con simpatía, alegría. Es como si volvieramos al dicho de la grandes recetas del mundo: nos dicen los ingredientes que llevan y esa dosis de amor en el proceso de elaboración. Y bien que se nota.