- Permitir que el pasado dicte nuestro presente… y nuestro futuro. Cada día tenemos oportunidad de tomar nuevas y mejores decisiones. No tenemos que vivir condicionados por el pasado.
- Esperar que pase lo peor. Hay que mantener el optimismo. Es vital para saborear el presente y caminar alegres hacia el futuro.
- Hablar mal de los demás cuando no están. Es una manera de escondernos de los demás y, sobre todo, de nosotros mismos.
- No cumplir con lo que dices. La incoherencia nos mantiene insatisfechos con nosotros mismos y perdemos credibilidad ante los demás.
- Practicar el autosabotaje. Las excusas y postergar todo todo es uno de los peores enemigos.
- Compararte con otros la toxicidad. La toxicidad puede convertirse en una bola de nieve contagiosa que acaba arrastrando a todos y creando un mal ambiente.
- Querer cambiar a los demás. Los demás son como son y no dependemos de ellos. Querer cambiar a los demás implica una baja autoestima de uno mismo y una dependencia de los demás.
- Esperar ser más feliz cuando ocurra algo en el futuro. La felicidad está en saber vivir cada momento de la vida y cada una de sus circunstancias.
- Mantener pautas de pensamiento negativo. Somos lo que pensamos. Son los pensamientos los que crean nuestros sentimientos y emociones y de ahí nacen nuestros hábitos y actitudes.
- Ser un hipócrita. No hay nada como ser coherente con uno mismo. Y lo que damos a los demás no es por aparentar sino porque lo que damos nos convence a nosotros mismos.