27/10/11

A fuerza de repeticiones



¿Recuerdas aquellos viejos tiempos en los que nos castigaban en el cole a copiar cien o doscientas veces una frase en la que teníamos que afirmar: "no haré esto nunca más"? Al final la frase se nos quedaba en la mente y por un motivo u otro ahí se quedaba albergada por días, semanas, meses o años.

Hoy se nos machaca con muchas frases que en ocasiones elevan nuestra autoestima, ¡qué bueno eres!, o que, por el contrario nos la bajan, ¡qué inútil que eres, no vales para nada! Después de escucharlas una y otra vez pasan del subconsciente a la pura realidad. Nos lo hemos creído y actuamos como si realmente así fuéramos.

Si lo que es positivo nos lo hemos creído, mejor para nosotros. Pero si lo que nos llegamos a creer es el mensaje negativo, ¡pobrecitos de nosotros! Nuestra vida es una fotocopia de lo que generalmente llegamos a creernos o de lo que nos hacen creer bien con palabras, bien con actitudes hacia nosotros.

De la misma manera nosotros podemos cambiar el mensaje constante que llega a  nuestra mente. Podemos construir afirmaciones positivas frente a los mensajes negativos que nos llegan, repetírnoslas una y otra vez hasta que calan dentro de nosotros y hacer que transformen nuestra actitud en la vida.

Para ello tenemos que ser conscientes de:
  1. El mensaje negativo que alberga nuestra mente. Si no somos conscientes de ello, nada podremos cambiar.
  2. Transformarlo. ¿Inútil yo? ¿Quien lo dijo? Tal vez lo habré sido en este momento o ante esta situación, pero no ante estas otras.
  3. Si lo he conseguido en estas situaciones, ¿por qué no en estas otras?
  4. Yo valgo, yo si puedo, yo ya lo he logrado, lo voy a conseguir.
  5. Dejar que nuestro subconsciente se llene de estas afirmaciones, se las crea y busque los caminos para abrir con confianza las nuevas fuerzas.
Si los mensajes negativos han calado, ¿por qué no los positivos? Cuestión de concretar el mensaje positivo y repetírselo una y otra vez, sobre todo cuando el negativo aparece a relucir en nuestra mente.