En la vida todo es una concatenación de respuestas y de decisiones que tomamos ante la vida. El proceso viene a ser el mismo que todos hemos tenido desde niños. Hemos empezado a balbucear sin que nadie nos entendiera. Dimos los primeros pasos a base de muchas caídas. Al final hemos acabado hablando, peor o mejor, y hemos acabado aprendiendo a caminar, más deprisa o más despacio. Todo es el resultado de lo que buenamente hemos querido hacer en la vida.
- La experiencia, la madre de la ciencia, es el resultado de decisiones equivocadas, por lo que querer dar pasos seguros va a ser muy difícil en la vida. Nadie nació aprendido y duda que haya alguien en la historia del ser humano que no se haya equivocado en numerosas situaciones. Son las mismas las que nos permiten ver más claro lo que no tenemos que hacer una vez más en la vida. Y cuando sí acertamos sabemos lo que tenemos que repetir.
- La experiencia, pues, se constituye en el paso necesario para poder aprender algo en la vida y de la vida. Experimentar no da miedo, tal vez porque hay un miedo al fracaso, un miedo al ridículo y un miedo al que pueda pasar. Pero es la experiencia la que marca la dirección de nuestras vidas.
- Así pues el éxito es el resultado de un camino, pero de un camino lleno de obstáculos, de retos, de fallos, de caídas y de un sinfín de inseguridades que nos topamos cada día. La realidad es que si no probamos no sabemos lo que habrá detrás de lo que tenemos que intentar.
- El éxito solo pertenece a los que osan dar un paso arriesgado en la vida sabiendo que detrás de ese paso puede estar la llave o la posibilidad de buscar otras alternativas más.