Hablaba hoy sobre la actitud y la aptitud. No buscaban para su trabajo a los mejores en su campo, hablando de aptitudes, sino a los que mejor actitud tuvieran aún sin saber mucho de la materia en la que tenían que trabajar.
En su libro sobre inteligencia emocional ya lo decían Steven Covey cuano señalaba que hoy en día hay algo que sobresale sobre el talento, y ésto es, el manejo de las emociones.
Podemos ser los mejores, pero si nos dejamos caer a la primera de cambio todo nuestro conocimiento y todas nuestras aptitudes irán a parar al suelo.
Podemos desarrollar una gran inteligencia y conocimiento en todo aquello que queremos conseguir en la vida que si nos falta la motivación, que es lo que produce una actitud capaz de superar cualquier adversidad nos veremos ante las puertas del fracaso.
Así pues, y ante los diferentes desafíos que nos encontramos a diario en nuestra vida dos cosas en las que tenemos que prepararnos: la aptitud y la actitud, sabiendo que ésta última es la más valorada, no por aquellos que esperan algo de nosotros, sino por las mismas expectativas que tenemos nosotros mismos sobre la vida y sobre nosotros mismos.
No es cuestión de saber, sino de disfrutar de todo aquello que se sabe y de todo aquello en lo que se trabaja para querer conseguir. La meta no es otra cosa sino que disfrutar de cada paso e instante que se da en la vida.