31/12/14

Sana envidia



Todos tenemos de vez una sana o enfermiza envidia. Hace tiempo oí decir que entraba en el mercado inmobiliario en el que trabajaba una red de supermercados que se instalaban cerca, muy cerca o lo más cerca posible de la competencia. No tenían miedo, sí tenían seguridad en sus productos. Al mismo tiempo veía que donde se instalaban unos grandes almacenes el precio de la vivienda subía automáticamente. 

¿Qué supone que los que viven o trabajen a mi lado les salgan bien las cosas? Que las cosas marcharán bien para mí, siempre y cuando yo sepa trabajar o dar lo mejor de mi mismo. Un ejemplo muy gráfico lo leía yo hace unos días cuando un agricultor deseaba de corazón que las cosechas de sus vecinos fueran bien ya que mediante la polinización su cosecha se veía beneficiada y no perjudicada.

Todo aquello que nos ayude a crecer, a mejorar, a ofrecer la mejor de calidad de nosotros mismos hará que tengamos más confianza en nosotros mismos y menos miedo al entorno. El entorno puede ser mejor o peor que lo que nosotros somos u ofrecemos, pero sea lo que sea nos ayuda a crecer si nos dejamos enriquecer por el mismo entorno.

Se dice que para alcanzar e´éxito o la felicidad en la vida tenemos que rodearnos, nada más y nada menos, de gente que ya lo ha conseguido. Es por ello que tener una sana envidia nos ayuda a crecer y a aprender de aquellos que ya lo han conseguido.