En un entorno cambiante, no se adapta el que mejor conoce las respuestas del pasado sino el que más predispuesto está a inventar nuevas soluciones. La creatividad, pues, se convierte en una herramienta totalmente imprescindible en nuestra vida para poder adaptarnos a nuevas situaciones, retos u objetivos que queremos alcanzar. ¿Cómo conseguirlo?
Creo que el primer paso es el preguntarse lo que uno mismo puede aprender de cada situación en la que se encuentra. No es fácil. Tenemos la costumbre de aferrarnos a lo conocido y desechar aquello todavía por conocer. Saber y tener la seguridad de que podemos aprender de cada situación en la que nos encontremos ya nos abre las nuevas perspectivas.
Un buen rato de "silencio interior" nos dará la oportunidad de desarrollar la imaginación y la creatividad. Cuando hablo de este "silencio interior" me refiero a una actitud de tener la capacidad de desprenderse e independizarse de todo tipo de creencias y racionamientos que han podido servir de apoyo y de soporte en nuestras vidas. El silencio interior es esa capacidad de permitir que la taza se vacíe para que pueda llenarse nuevamente de un nuevo café. Si no mantenemos ese silencio muchas actitudes, ideas y creencias lucharan dentro de nosotros para permanecer y no ser desbancadas por otras.
"¿Por qué no?" Una pregunta y una actitud que siempre tiene que estar presente. A veces lo más absurdo e irrisorio puede ser una idea a iniciativa a tener en cuenta y que por absurda que sea puede abrirnos la puerta a muchas alternativas y caminos. A nivel científico la prueba y el resultado es lo que marca el camino. El "NO" siempre lo tenemos de antemano. El "SI" o acierto solamente lo tendremos si lo intentamos y probamos.