29/6/11

Insistenica, esfuerzo y centrarse



Alguien me decía en una ocasión que los hombres no eramos capaces de hacer varias cosas al mismo tiempo, que era una cualidad de las mujeres, pero también escuche y leí que nadie puede servir a dos señores a la vez, pues amarás a uno o amará a otro. En el camino del éxito hay tres ingredientes importantes que hacen la consecución de los objetivos algo mucho más fácil y asequible:

  1. Insistencia. Tomás Edison es un claro ejemplo de ello. Una y otra vez, detrás de un fallo, otro intento. De esta manera cosechó mil y un inventos y patentes. Magic Jordan también intentaba una y otra vez el conseguir cien tiros libres uno tras otro y sin fallar. Se quedaba después de los entrenamientos para hacerlo y no importa lo que tardara. ¿El resultado? Uno de los mejores jugadores del mundo, sino el mejor en su época, de baloncesto. Y lo mismo podemos decir de cantidad de personas que pueden estar en la élite del deporte, de la ciencia o de sus respectivos trabajos. No dudo que sea parte de la insistencia que han tenido que desarrollar.
  2. El esfuerzo es importante también. Esfuerzo físico, intelectual, anímico son facetas o actitudes ante las cuales desfallecemos fácilmente. Sudar, esforzarse, vencer los propios límites y progresar constantemente requiere de constantes abandonos, renuncias y desapegos para optar por aquello que uno quiere conseguir. Un ejemplo de ello puede ser el de los estudiantes que renuncian muchas veces a horas y horas de salidas, diversiones por acabar una carrera o titulación que los equipare como auténticos profesionales. No se conforman con ser uno más, quieren ser los mejores.
  3. Centrarse. Las distracciones en los estudios, en el juego, en las responsabilidades que uno tiene pueden tener consecuencias fatales. Unas veces tienes que empezar de nuevo, una y otra vez, desde el principio. En otras encajas un gol o una derrota por no tener la mente donde tiene que estar y en otras puedes conseguir que todo tu esfuerzo y trabajo se vengan abajo de un momento a otro por no haber estado centrado en el proyecto o trabajo que tenías en mente.
  4. Pero la motivación es tal vez la más importante. La motivación es lo que nos mueve. Decía Einstein que no estudies para vivir, sino que vivas para estudiar, para saber. O lo que es lo mismo, no juegues para ganar, sino para disfrutar. Es así como todo se hace más fácil o llevadero y donde todo tiene un sentido mucho más profundo.