Me ha gustado esta foto que me he encontrado a primera hora de la mañana en el WhatsUpp por parte de Alejandro Albuerne, afiliado y socio. Si hace unos días reflexionaba que desde la violencia y de la imposición lo único que se conseguía era la distancia la imagen del buen líder que encabeza esta pagina nos deja cuatro cosas bien claras:
- Enseñar. Y la enseñanza no parte del yo se y tu no. Concretamente hoy mantenía una reunión con mi equipo y de esa reunión todos hemos aprendido y todos han aportado lo que llevaban dentro. El buen líder enseña, y la enseñanza consiste en sacar la riqueza que los demás llevan dentro. El que cree que todo lo sabe camina en su propia pobreza y no se enriquece de la riqueza colectiva del grupo o de la sociedad de la que formamos parte.
- Orientar. La orientación es la capacidad de tener clara las metas, saber hacia donde se camina y mostrar los posibles caminos. Si bien es cierto que el líder va delante abriendo camino también lo es que hay que ser respetuoso con los diferentes caminos y formas de llegar a la meta. Orientar es indicar hacia donde y cómo se puede ir. A partir de ahí es responsabilidad de cada uno hacer lo conveniente, partir de lo que se sabe o simplemente seguir a quien sabe. Hay que estar abiertos a nuevos caminos aún sabiendo el riesgo de equivocarse. Lo nuevo es una cualidad humana, parte de nuestra creatividad y de dar nuevas respuestas los retos cotidianos que tenemos.
- Capacitación. La mejor manera de ser líder es capacitando a otros para que lo sean. El mayor liderazgo es el que permite que otros crezcan más que uno mismo. Es sembrar y permitir ser y crecer a los demás. Es hacer todo lo posible para que los demás desarrollen las capacidades que tienen y que pueden ser bien distintas de las que uno tiene.
- Apoyar. Parece que el apoyo puede ser un arma arrojadiza contra uno mismo. Podemos tener la impresión de que apoyando nos equivocamos a no creer en la otra persona, o pensar que apoyándola puede tomar ventaja sobre nosotros. Apoyar es hacer posible el sueño de los demás aún cuando puedan equivocarse o superarnos. Es creer en el otro y de que su triunfo es parte de nuestro apoyo y que la posible derrota sea parte de un nuevo aprendizaje.
Somos líderes en familia, en grupos, en trabajos a realizar. Abrimos el camino con nuestras actitudes y decisiones, pero sobre todo permitiendo y respetando que los demás crean o no en nosotros, nos sigan o dejen de seguirnos. Es confiar en lo que queremos y en lo que los demás quieren para sus vidas. Somos líderes más por lo que vivimos y hacemos que por nuestras palabras o por lo que pensamos.