¿No te ha ocurrido alguna vez en el que parece que todo confluye en contra de todos tus intereses? Son momentos de incertidumbre difíciles de entender porque lo que esperas, aquello por lo que trabajas y luchas parece ir en tu contra. ¿Qué te ofrece la vida en esos momentos? ¿Cómo vivimos esas incertidumbres?
La mayor parte de las veces reaccionamos a la desesperada y mostramos, incluso, algún signo de agresividad. Podemos verlo en algunos partidos de fútbol cuando la impotencia ante el resultado adverso y el buen juego de los otros acaba con nuestros nervios y los sentimientos de impotencia y de falta de aceptación hace que reaccionemos de forma violenta.
Otras veces lo vivimos con mayor naturalidad. Se pierde, se cae el trabajo realizado y con toda tranquilidad nos decimos "vuelta a empezar". Hay un principio de aceptación que no te hace perder el foco de lo que realmente quieres. Aceptas y, simplemente, intentas nuevamente realizar aquello que quieres pero intentando no cometer los errores que han hecho que los pasos previos se cayeran.
Se me ocurre pensar que también hay otras opciones, la infinidad de opciones que la vida te depara sin tu saberlo. El famoso refrán de que "no hay mal que por bien no venga" puede hacer patente esa realidad. ¿Cuántas situaciones positivas hemos vivido que no hubieran sido posible si la vida no nos hubiera "supuestamente" maltratado o quitado esas ocasiones que tanto buscábamos y que tantas veces se han venido abajo?
A veces es la aceptación el principio del éxito ante un aparente fracaso que tenemos. Aceptación y mirar con tranquilidad alrededor nos ofrece la capacidad de ver lo que muchas veces no podíamos ver porque estábamos centrados en una sola cosa. Era como si lleváramos las orejeras del burro que sólo le permitía ver lo que tenía delante y no a los lados.
La vida no se acaba en la caídas ni en los fracasos temporales. De ellos aprendemos y de ellos, incluso, podemos ver nuevas oportunidades y en otros ámbitos que nos da la vida.