25/5/15

Siempre empezando....



Dice Vujadin Boškov, 
que, entre otros, 
fue entrenador del Real Madrid o del Zaragoza, que 
“el fútbol es imprevisible 
porque todos los partidos empiezan cero a cero.

Recuerdo que hace muchos años me costaba empezar de cero una y otra vez. Cada cambio que tenía en mi vida hacía que tuviera que romper con todo un mundo de personas, culturas, maneras de pensar y empezar en otro sitio distinto, con nuevas personas y nuevos retos. La comodidad de lo que uno ya conoce por lo que todavía no era un aliciente que, entre otras cosas, llegaba a empobrecerte porque tendías a relajarte en la comodidad de lo ya conocido.

Siempre me llamó la atención ese credo judaico que decía: "Mi padre era un arameo errante....." Era, casi casi, la vocación del pueblo judío que siempre estaba de un lado para otro.  A veces incomodaba porque, como seres humanos que somos, necesitamos desarrollar el sentido de la pertenencia.

Empezar de cero, una y otra vez, tiene un sentido peculiar en medio de toda su incomodidad. Sales a participar, a jugar, a crear, a divertirte, a vivir de una manera mucho más plena. Empezar de cero cada vez es el reto de saber que tienes que poner toda la carne en el asador para jugar y ganar un partido, para emprender y tener éxito en el negocio, para iniciar nuevas amistades y aprender de ellas. Empezar de cero es saltar de la inactividad, pasividad, inercia y dejadez hacia un mundo en el que no te queda otra que ser tu y desarrollar al máximo todos tus potenciales.

Cada vez que empezaba de nuevo siempre había una pregunta que merodeaba mi mente: ¿Y ahora que hago? Es como si dejamos a los niños sin televisión, ordenador o su juguete favorito, ¿qué hacen? ¡Buscarse la vida! No tardan mucho en buscar algo en lo que divertirse o emplear su tiempo.

Estar en el kilometro O y hacerse esa pregunta te invita, nada más y nada menos, que a plantearte lo que quieres y puedes hacer desde donde tu estás en ese momento. Y nuestra mente lo busca, lo adapta a nuestras circunstancias y herramientas internas. Tan sólo hace falta esa pregunta: ¿Qué puedo hacer en el aquí, ahora y en estas circunstancias?

Es la capacidad de cuestionarnos y de preguntar dentro de nosotros mismos como jugar cada partido de nuestra vida diaria. ¿Queremos jugar? ¿Jugamos a ganar, empatar, perder? ¿Somos simples espectadores? Quien siente la emoción, la verdadera emoción de lo que hace busca desarrollar toda su personalidad en medio de la situación en la que se encuentra.

Termino con un ejemplo gráfico. Llegas a casa. No has preparado nada para comer. Necesitas hacerlo de forma rápida. ¿Qué haces? Abren el frigorifico, la despensa, el cajón.... Miras, observas, analizas y comienzas a utilizar lo que tienes. Lo preparas, lo disfrutas y has sido proactivo. 

La vida nos ofrece la posibilidad de hacer un menú con todo lo que tenemos. Depende de lo que elijamos hacer lo sabrosa que podrá ser la vida.