18/8/14

Actitudes para el éxito: Prioridades


Dice el dicho que "Quien mucho abarca, poco aprieta". O como leemos en la foto del proverbiio zen que "El cazador que acecha dos conejos no atrapa ninguno". Esteve Covey diría: "Lo primero es lo primero".

La dispersión es algo que nos aleja de nuestros objetivos. Cada vez que tenemos que retomar el objetivo que tenemos empleamos más esfuerzo y más tiempo del que normalmente necesitamos. Muchas son las opiniones al respecto de que gran parte del trabajo que tenemos que realizar cada día lo podemos desarrollar en mucho menos tiempo del que utilizamos. Hasta en cuestión de relaciones humanas se dice que es más importante la calidad de la relación que el tiempo que puedes dedicarle a ella.

Imagínate por un momento:
  • Estas leyendo un libro. De repente te interrumpen: una llamada telefónica, te levantas a picar algo a la cocina, piensas en otra cosas... Vuelves al libro. ¿Empiezas con el mismo ritmo que llevabas? ¿Te cuesta empezar y habituarte nuevamente a la lectura?
  • Estás estudiando y de repente te vienen a la mente imágenes del día con tus amigos o amigas. Simplemente te distraes con una canción que estás escuchando mientras estudias. ¿Qué pasa? Volver a empezar, a coger el ritmo de lo que estabas haciendo y a unir todos los puntos que te hacen coger el hilo y el sentido de lo que estás aprendiendo.



La solución es muy simple: Atención Plena. Una mente capaz de centrarse en lo que está haciendo en cada momento y, sobre todo, disfrutar de lo que se está haciendo ya que como decía el proverbio zen si estamos haciendo una cosa o dos al mismo tiempo, o pensando en otra mientras hacemos una resulta que posiblemente hagamos a media una y mal otra, pero lo que sí es seguro es que no disfrutemos de lo que estamos haciendo.

Es curioso que, por ejemplo en las personas que aman y esperan al mismo tiempo algo a cambio, acaben no disfrutando de lo que el amor es y quejándose de la no correspondencia. 

Y así es la vida, el trabajo, las relaciones: vivir el presente y prestar atención plena a lo que se hace. Entonces sí, las cosas se harán con intensidad, se gozarán de ellas, tal vez se acaben mucho antes y mejor hechas y sentiremos el éxito en nuestra vida puesto que vivimos plenamente cada una de las cosas que estamos haciendo.