¿Cuál es la base de nuestros éxitos o de que podamos conseguir algo? La actitud sin duda alguna. Cuando vemos que hay personas que consiguen unas cosas y otros, en las mismas circunstancias, no nos invita a preguntarnos cual es la diferencia entre unos y otros.
Actitud es la respuesta.
Siempre me ha encantado ver películas de superación personal donde partiendo de situaciones extremadamente difíciles las personas son capaces de superarse a sí mismas y a sus circunstancias. ¿Por qué? Porque las películas son una parte de la realidad de la misma vida. ¿Cuántos deportistas minusválidos son capaces de hacer lo que para nosotros es imposible? ¿Cuántas personas en la vida diaria no se han tenido que levantar de situaciones totalmente frustrantes y las vemos consiguiendo lo que nosotros no somos capaces de conseguir en circunstancias mucho mejores?
Es la actitud con la que miramos a las circunstancias lo que nos hace diferentes a unos y a otros.
Pero, ¿que hay detrás de cada actitud? Ideas, pensamientos y creencias que nosotros mismos nos imponemos y a las que nos aferramos diariamente repitiéndonos como un mantra negativo que no podemos y que no servimos para ello.
La actitud está conformada por nuestras ideas, ¿somos críticos ante ellas? ¿estamos abiertos a lo diferente?
Mientras unos avanzamos otros retrocedemos. Lo importante es saber elegir en cada momento lo que me hace avanzar y conseguir lo que busco en vez de optar por lo que me disgusta. La decisión está en nuestras manos.