Con gran alegría y sorpresa leo que los Jesuitas de Cataluña apuestan por un nuevo modelo de educación de tal manera eliminan los exámenes, los horarios y las asignaturas para encaminarse desde la más tierna infancia a que los niños aprendan desde la experiencia aprendiendo a leborar proyectos..
Me gusta, sobre todo, porque se da en un país, España, que durante muchas décadas tiene unas tasas de fracaso escolar y que ocupa los últimos puestos a nivel europeo en temas de enseñanza. También me alegro porque se sale generalmente de la escuela sin saber hacer proyectos que te ayuden a afrontar la vida laboral con experiencia, con cierta autonomía y sobre todo con interés.
Lo que más me gusta es que ante situaciones que no funcionan hay que arrancar de raíz los viejos esquemas para ofrecer nuevas pautas que ilusionen, animen, ayuden y sean útiles a todos aquellos que necesitan o quieren aprender.
Un aplauso para esta iniciativa que sin duda alguna marcará un antes y un después en la enseñanza española. Un aplauso por la osadía de buscar algo que realmente sea útil dentro de la educación y no sean un simple llenado del cerebro que a la larga no sirve para nada. Un aplauso por saber y atreverse a romper esquemas dando una visión nueva, o mejor dicho, mucho más educativa de la propia enseñanza en sí que no se conforma con adoctrinar, ni que la educación se convierta en meros conceptos sino en toda una experiencia de vida.