"Pretendiendo complacer a los demás
nos abandonamos a nosotros mismos
y en el fondo esperamos
que algún día alguien haga por nosotros
lo que nosotros no hemos hecho"
Luis Díaz
Estoy seguro que ésta frase con la que encabezo la reflexión de hoy sería una frase con la que grandes personas que se han dedicado a hacer el bien por el mundo adelante no estarían de acuerdo, aunque en el fondo encierra una gran verdad: nuestras vidas, al ser interdependientes, siempre están esperando una respuesta por parte de aquellos a quienes queremos, con quienes trabajamos o que viven a nuestro alrededor. Pero también es cierto que quien se ama, se atiende a si mismo y se preocupa simplemente de dar lo que lleva dentro, está lo suficientemente preparado como aguantar muchas veces el temporal de la soledad y del no reconocimiento de los demás,
La autoestima, la creencia en uno mismo, en los propios valores y en los objetivos que se ha marcado en la vida son suficientes para poder vivir de forma independiente y de no depender del reconocimiento de los demás, aunque ello sea duro. Los frutos, los resultados y el paso a paso de cada momento del camino de la vida van adquiriendo y dando sentido a la vida en si misma. El problema nos llega y nos agobia cuando carecemos, precisamente de ese sentido de la vida.
Los mejores momentos de mi vida, por ejemplo, y tal vez de la tuya que me lees, han sido aquellos en los que me he dado totalmente a los demás, aquellos en los que he dado de lo que había dentro y fuera de mi. La satisfacción que sientes, las sonrisas que ves a tu alrededor, las vidas a las cuales intentas aportar algo se hacen una fuente de crecimiento personal sin limites. Amas y el amor te lleva a crecer. Ayudas y ésta actitud te mueve a buscar nuevos medios. Te ofreces y ves como algo nuevo se estimula en ti.
Tenemos que amar, al menos en mi vida el amor le da sentido a ésta, y el amor empieza por cuidarse uno mismo para poder dar con mayor calidad a los demás. No puedo dar una sonrisa si no la llevo dentro, tampoco tranquilidad si yo no la vivo. Damos de lo que tenemos, es más en cuanto nos sentimos a gusto con nosotros mismos, menos estaremos esperando y demandando de los demás.