4/12/12

Escucha, palabra y silencio



Hay veces en que uno se da cuenta de que no está escuchando. Hablan y hablan y nuestra mente está ausente, preparando una respuesta o bien intentando canalizar la conversación hacia lo que realmente nos interesa a nosotros. ¿Te das cuenta de esas situaciones en la que tu mismo te has sorprendido con este tipo de actitudes?

Pero también puede ocurrir que no nos hayamos sentido escuchados, que nos hayan dejado a medias o que intenten manifestar sus ideas. A veces lo que necesitamos y lo que los otros necesitan es la simple escucha y la confirmación de que lo que estamos escuchando manifiesta los sentimientos del que lo está diciendo.

¿Qué sentimos cuando nos sentimos escuchados y cuando no? ¿Qué sentimos cuando escuchamos a otros y éstos se sienten escuchados por nosotros?

Desde mi punto de vista "nos sentimos alguien", sentimos que contamos para otros y hacemos sentir que otros cuentan para nosotros. Nos sentimos útiles y hacemos sentir útiles a los demás, acrecentamos nuestra empatía y nuestra propia autoestima.

Saber escuchar, es algo más que oír, es captar los sentimientos y las sensaciones que se producen en el otro. No es imaginarlo o intuirlo, es entrar. Escuchar no es lo mismo que oír. Al cabo del día se oyen muchas cosas, pero se escucha poco, apenas prestamos atención a lo que dicen los demás, olvidando que la atenta y amable escucha es la base del genuino diálogo. Sin capacidad de escucha, de atención al otro, el diálogo queda bloqueado.

La palabra es lo más precioso, peligroso o banal que posee el ser humano. A través de la palabra nos intercomunicamos y nos autoenriquecemos psicológicamente, pero también podemos destruir en un  momento lo que ha costado tanto edificar, e incluso a veces nos dispersarnos de manera intrascendente y nos sumergimos en la más anodina banalidad.

El diálogo también necesita silencios No te precipites a hablar. La precipitación desbarata la conversación y no pocas veces se convierte en monólogo que lo esteriliza todo. Saber conjugar sabiamente silencios y palabras es el arte del diálogo sincero que nos permite madurar como personas y crecer psicológicamente.