que en sus días de estudiante
habían saboreado
el puro gozo de pintar
habían saboreado
el puro gozo de pintar
eran los que se habían convertido
en auténticos pintores?
¿Sabías que aquellos
que habían sido motivados
por ensueños de fama y riqueza
abandonaron el arte
poco después de graduarse?
(Csikszentmihalyi)
Hace unos días el cantante Raphael, con ocasión de su 50 aniversario como cantante, y ante una pregunta de en qué consistía su éxito, éste contestaba: “Hacer lo que me gusta”. Más de uno puede pensar que es un privilegio, pero no, porque en el día a día tenemos ocasiones de hacer lo que nos gusta y esas son las ocasiones que tenemos que aprovechar para disfrutarlas, exprimirlas y sacerles todo el jugo.
Ante ello nos queda el preguntarnos de forma sincera dos cosas:
1. ¿Disfruto de lo que hago? ¿Disfruto de mi familia? ¿Disfruto de mis amigos? ¿Disfruto de mi trabajo? Y la más importante, a mi modo de ver, ¿disfruto de mi mismo? Si respondo con un sí, que ojalá sea así, es cuestión de ver como me gusta disfrutar y los beneficios que aporta a mi vida. Ser conscientes de cómo disfruto nunca viene mal. Es una herramienta que siempre podemos tgener a mano por si no la necesitamos.
2. Y si la respuesta es no, pues nos queda otra pregunta más por hacer: ¿Cómo puedo disfrutar? Porque lo importante no es lo que la vida me aporte, o los demás me aporten; lo importante es lo que yo quiero aportar a la vida.
¿Te acuerdas de las diferencias que hay entre una zanahoria cocida, un huevo duro y un café? Que las tres ante una misma realidad reaccionaron de forma diferente. La zanahoria que era dura, a la hora de cocerse se volvió blanda. El huevo que era frágil se volvió duro y el café cambió el color y el sabor del agua.
Yo tengo que elegir como reaccionar o vivir las circiunstancias que me tocan vivir. Puedo hacerme el duro, puedo volverme blando o puedo tranformar lo que me rodea. Yo puedo vivir lo que me toca vivir de forma fría, de forma débil o dándole un tinte de sabor y de color.
Y al igual que los estudiantes de arte, deportistas o cualquier ser humano el resultado lo tendremos ahí a la vuelta de la esquina: quien goza de lo que hace y de lo que tiene, asegura una larga vida de emociones y sentimientos positivo. Quien carga con la familia, el trabajo o incluso con su misma persona, asegura una vida llena de grandes y graves cargas que tal vez no merezcan la pena ser vividas.
Creo que toca gozar. ¿Verdad? Pues vamos a ello.
Te invito a escuchar la relajante canción de Mocedades: ERES TU.