13/5/11

Desprenderse de las cargas



¿Te has sentido cohibido en alguna ocasión? Hay situaciones que nos retraen por una u otras causas. Son situaciones en las que como mecanismo de defensa y de inseguridad preferimos mejor prevenir que lamentar. Pero por otro lado vemos muchas veces como hay personas que desafían dichas situaciones, mantienen la seguridad en ellos mismos y buscan los resultados que tienen en mente. Hay un control emocional fuertemente desarrollado y que hace que no se pierda el norte ni el sentido de la vida.

Alguien comentaba en una ocasión que antes de llegar a casa se paraba en la puerta y contemplaba tranquilamente el árbol que había delante de la puerta. Cuando alguien le preguntó porque tenía este tipo de ritual la persona en cuestión le comentaba que, por lo general, a lo largo del día uno va acumulando tensiones, frustraciones y todo tipo de situaciones estresantes en el medio en el que vive, se desarrolla y trabaja. Cuando llegaba a la puerta de casa, durante un par de minutos tomaba conciencia de todas esas tensiones y las dejaba imaginariamente colgadas del árbol. Cuando entraba por la puerta de casa lo hacía sin toda la carga emocional que traía acumulada.

Las cargas emocionales, los prejuicios, los complejos, las ideas que elaboramos dentro de nosotros mismos pueden condicionarnos negativamente a la hora de afrontar un trabajo o de relacionarnos con los demás. Nada mejor que afrontar las situaciones y las personas con nuestro ser real, con lo que realmente somos como personas.