31/8/11

Momentos de eleccion



Me llamó porque quería vender su piso. Necesitaba venderlo y por ello decidí ir a visitarla. Dentro de mí había algo que me decía que me iba a encontrar con un gran handicap, el precio de venta. Así fue, cuando me dijo el precio en el que quería vender, no tuve más remedio que decirle la verdad. Llevaba más de dos años intentando venderlo al mismo precio. Dos años sin éxito y en todo este tiempo los precios habían seguido bajando, por lo que no era posible vender en ese precio.

Le pregunté los motivos de la venta. La respuesta era la más normal en estos días: me siento ahogada, vivo para pagar las deudas, no tengo tiempo para descansar no para viajar. Necesito vivir, ahorrar dinero, pensar en mi futuro....

¿Por qué no vendes mucho más bajo?, le pregunté.

No puedo, necesito dinero para comprarme algo más barato. No quiero pagar préstamos toda mi vida, me comentó.

Pero si vendes al precio que pretendes, no lo venderás y cada años estarás dejando de ahorrar unos 6.000.00€, le dije.

Pero esta casa cuesta mucho más, replicó ella.

Costaba mucho más en su tiempo. Ahora en tiempo de crisis, cuesta menos, asentí. Y, ¿qué es mejor? Vivir ahogada defendiendo unos ladrillos o vender más barato, vivir un tiempo de alquiler, desahogada y a la espera de una oportunidad, ¡que las habrá!, y comprar algo más adecuado a tu situación, le comenté.

Su mirada parecía examinar la propuesta. Entendía que tenía que elegir entre vivir para pagar préstamos o vivir para aprovechar la vida al máximo y disfrutarla.

Se quedó pensativa y me pidió un par de días para consultar con su hijo. La saludé y quedé en hablar nuevamente con ella en un par de días.

Y la pregunta se quedaba en el aire: ¿Trabajar para vivir? ¿Vivir para trabajar? ¿Para qué vivimos realmente? ¿Qué buscamos en la vida?


30/8/11

Cruce de deseos



Todos vivimos una contradicción de deseos en nuestras vidas. Por una parte queremos dejar de fumar, pero por otra sentimos esa extraña tentación de llevarnos un cigarro a la boca para calmar nuestra ansiedad. También hay momentos en los que queremos llevar una vida sana para mantener el colesterol o el azúcar a raya, pero tenemos esa extraña sensación de comodidad que nos lleva a no caminar, a comer lo primero que se nos pone a tiro o a saltarnos cualquier tipo de dieta que mantiene nuestra salud de forma equilibrada. Lo mismo nos pasa con los sentimientos, amamos a una persona al mismo tiempo que podemos odiarla con todas nuestras fuerzas. Queremos y a la vez no queremos, o no podemos.

La clave es hacia donde dirigimos la mirada, nuestras ideas, sentimientos y pensamientos. A la hora de dejar un hábito, una costumbre o una persona tenemos una tendencia a alimentar nuestra mente con el sentimiento de "lo que dejamos", mientras que nos olvidamos de alimentar y visualizar aquello que queremos alcanzar. La pregunta del niño al jefe indio, que les explicaba que dentro de él había dos lobos que se debatían entre si, de quien ganaría ese combate entre el amor, la paz, el perdón y el odio, el rencor o la soberbia, tenía un claro vencedor según el viejo indio: la batalla la ganará aquél que más alimentes.

Si el sentimiento de partida, de fracaso, de dolor encuentra en nosotros un nido en el que es alimentado, lo más lógico es que esos sentimientos prevalezcan en nuestra vida. Si el sabor de chocolate adquiere más fuerza que el sentirme sano y pleno, así como el sentimiento del cigarro nos da más tranquilidad, que la misma tranquilidad de ser libres de esos sentimientos que nos obligan a fumar, lo lógico y natural es que una y otra vez eche manos del cigarro. Amo a una persona, pero mi mente se fija una y otra vez en los detalles que me han herido. ¿que hago? Separarme emocionalmente de la persona. Le doy más importancia a las heridas del pasado que a la vida y a la salud del presente.

El camino hay que recorrerlo, ¿cómo?

  1. Alimentando los sentimientos positivos. Si me fijo más en los beneficios que voy a obtener, que en los sentimientos que me impiden ser, lo más seguro es que los deseos positivos tendrán un lugar mucho más prominente en mi propia vida.
  2. Visualizar a donde quiero llegar, lo que quiero ser y lo que quiero sentir me ayudará mucho más que rememorar, quejarme o machacarme por estar donde estoy y de donde no puedo partir. Nos centramos más en lo que no queremos que en lo que sí queremos. Olvidemos lo que no queremos y centrémonos en lo que sí. Esto hará que lo positivo ocupe mucho más lugar y tiempo en nuestra mente.
¿Qué alimentamos más en nuestro interior, lo que SI queremos o lo que NO queremos? Quien mira para atrás constantemente se convertirá en estatua de sal. Una frase muy realista y fuerte de Jesús nos puede dar una cierta pauta: "Dejad que los muertos entierren a los muertos" Nada mejor que desprenderse de lo negativo y que lo negativo se encargue de la parte fea. Deja que entren en lucha entre ellos. Tu lucha por lo que SI quieres. Es una lucha y un estilo de vida que si merece mucho más la pena.


29/8/11

El deseo escondido



Todos tenemos deseos pero, ¿sabemos que se esconde o que hay detrás de cada deseo? ¿Es importante saberlo? Tal vez sí porque detrás de los muchos deseos se esconden muchas insatisfacciones que en la mayoría de las ocasiones nos dejan igual o peor de lo que estábamos anteriormente. 

El deseo intenta satisfacer una necesidad que podemos tener dentro de nosotros. Si no satisfacemos la necesidad real lo único que conseguiremos será el intentar, una y otra vez, aplacar la sed interior que podemos tener, al mismo tiempo que incrementaremos la ansiedad por satisfacer dicha necesidad.

Los ejemplos los tenemos muy a la mano: estar al día en todos los aparatos electrónicos, comer hasta la saciedad para calmar los nervios, la compra compulsiva de cosas que no necesitamos, el tabaco, el alcohol, la droga, los juegos de azar, el sexo, etc. ¿Qué buscamos detrás de todo ello?

Unas veces podemos encontrar dentro de nosotros que necesitamos comunicarnos y no somos capaces de hacerlo. Ello revela un problema dentro de nosotros mismos de comunicación con los demás. Hay quien necesita llenar los espacios con cosas, tal vez como reflejo del vacío que pueda sentir dentro de sí mismo. Hay quien busca estar dentro de un status social diferente al que se encuentra y por ello busca caminos de aparentar lo que no es.

Nada hay que mirarse al espejo y de ser sincero a la hora de sentir esos impulsos de satisfacer todo el tipo de necesidades que tenemos. Mirarnos al espejo para vernos, de forma sincera, tal y como realmente somos. Y la segunda averiguar que es lo que hay dentro de esa necesidad que intentamos satisfacer. Si necesito imperiosamente fumarme un cigarro, ¿por qué siento esa necesidad? ¿qué me tiene ansioso? ¿que tendría que ocurrir para no tener que sentir esa necesidad? Éste puede ser un simple ejemplo.

Falta de aceptación, de integración, de desarrollo de un trabajo a realizar, de comunicación con los demás o de muchos miedos o complejos que hay en nuestro interior son las necesidades a satisfacer y no los medios en cómo lo solemos hacer.

Si me cuesta comunicarme con otra u otras personas, ¿por qué en vez de echarme un cigarro o cualquier otra cosa al cuerpo que palía esa necesidad por momentos, no hablamos y comentamos la necesidad real que tenemos? ¿por qué no nos visualizamos resolviendo el problema de mil y una maneras diferentes? 

Mientras hay deseos, generalmente compulsivos, de nos dominan, ¿por qué no tomamos nosotros la iniciativa de dominarlos nosotros a ellos? Y la mejor manera de dominarlos es enfrentándonos a las necesidades reales y ponerlas como objetivos reales en nuestra vida, porque lo demás serán medios de huida y de no afrontación de la realidad.


26/8/11

El niño que llevamos dentro



La creatividad se esconde tras el aburrimiento, leía hoy en Facebook. Y no deja de ser verdad, aunque no siempre sea la condición indispensable para ello.

Apágale a un niño la televisión y verás como por un par de minutos anda quejándose de que se aburre y de que no tiene nada que hacer. Al cabo de diez ya lo tienes imaginándose cosas, hablando solo o inventándose cualquier tipo de juego. No hay nada, pues, como el aburrimiento como para dejar que las cosas fluyan en la cabeza y pasen luego a la acción.

Si bien el aburrimiento puede ser la puerta de la creatividad también lo puede ser del hastío, del sinsentido de la vida. ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué unos se lanzan a pensar e imaginar mientras que otros se quedan de brazos cruzados?

Todo depende del sentido que le demos a la vida, un sentido que muchas veces se puede ver condicionado desde pequeños cuando recibimos la orden de "No hagas ésto, no hagas lo otro, etc."

El niño es imaginativo, libre, creador y se inspira en cualquier cosa para vivir y hacer de la vida algo divertido. ¿Dónde está nuestro niño interior?


25/8/11

La creatividad empieza por......



¿Qué pasaría si hoy comenzara a hacer cosas de formas diferentes? Somos animales de costumbres. Nos sentimos cómodos haciendo día tras día las mismas cosas y de las mismas formas. Piensa sino....
¿Cual es tu ritual a la hora de levantarte?¿Y tu ritual a la hora de desayunar?¿A que ocupad siempre el mismo sitio en la mesa?¿Y a que la ruta al trabajo suele ser la misma?¿No será que sucede lo mismo con la mente y nuestros diálogos internosxson siempre los mismos?

Y me pregunto yo sobre que pasaría si....
Me levanto de formas diferentes....O si cambio mis menús de desayuno....O si cada día ne siento en lugar diferente en la mesa...O si cambio de ruta cada día....O si mi llegada al trabajo la hago de diferentes formas.....

Tal vez desconcierte a algunas personas.
Quizá me sienta extraño o incomodo.
Tal vez crean que ando mal de la cabeza.

Lo que si es seguro es que no me instalaré en formas y actitudes que se anquilosan en ni mente o en mis formas de actuar. Es probable que me de nuevas oportunidades de aprender de la misma vida, de lo diferente que observo y de lo diferente que puedo hacer.

La creatividad se produce cuando rompemos con lo de siempre y nos lanzamos a lo, simplemente, nuevo y diferente. La creatividad aparece y se desarrolla cuando, simplemente, experimentamos cambiando el orden de las cosas, de los muebles, de las recetas, de la manera de relacionarnos con los demás.

La creatividad comienza cuando nos atrevemos a ser diferentes y a intentar ser nosotros mismos, algo más allá de lo que hemos repetido hasta la saciedad y muchas veces sin tan siquiera entenderlo y asumirlo.


24/8/11

Saber elegir



Hay situaciones de la vida en lascare parece que las personas estan predestinadas a elegir malas compañías, nefastos negocios y una constante inclinación al fracaso.

En una ocasión una persona me comentaba su preocupación por las amistades con las que acababa siempre su hijo. De los colegios en los que había estado siempre acababa rodeado de las peores compañías.

En otra ocasión alguien me comentaba su mal tino para los negocios y trabajos. Siempre, o casi siempre acababa fracasando. Buscaba una y otra vez respuestas que no solía encontrar. Un sentimiento de gafe atravesaba y se instalaba en su mente.

¿Te has dado cuenta de que en muchas ocasiones nos centramos en nuestras limitaciones, en los aspectos negativos o en las pegas que le vemos a las cosas? Incluso nos sucede que nos halagan por algo y, en medio de una falsa humildad, no somos capaces de reconocerlo, de agradecerlo y de saber vivirlo. Nos ofuscamos a creer que somos mediocres, por no decir malos.

La vida y el éxito en ésta consiste en saber elegir bien. 

  • Elegimos bien cuando nos orientamos hacia lo que queremos.
  • Elegimos bien cuando nos rodeamos de gente que quiere alcanzar lo mismo que nosotros.
  • Elegimos bien cuando creamos las circunstancias que allanan los caminos hacia nuestros objetivos y metas.
  • Elegimos bien cuando vemos ante la dificultad retos que nos proponen avanzar en nuestro camino en vez de arrojar la toalla.
  • Elegimos bien cuando somos capaces de descubrir más elementos positivos que negativos en aquello que rodea.
  • Elegimos bien cuando sabemos aprovechar las circunstancias para seguir construyendo nuestros sueños.
  • Elegimos bien cuando todas y cada una de las decisiones que tomamos no pierden las perspectiva de lo que queremos alcanzar. Nuestras decisiones se toman no en base a emociones, sino en base a motivos y objetivos que dan sentido a nuestra vida.


La vida es una constante elección en la que irremediablemente tenemos que saber elegir bien. A lo largo del día tomamos decisiones, en cosas importantes o en intrascendentes. ¿Con qué perspectiva las tomamos?



23/8/11

Yo decido



Hay días en los que no te apetece trabajar. Miramos por la ventana y la falta de luz, el día nublado, la lluvia o el frío no invitan trabajar o realizar aquello que te gustaría hacer. Es uno de esos días en los que decimos que nos gustaría estar metiditos en la cama, viendo la tele y tomándonos un chocolate con churros. Días de éstos los hemos tenido todos. Reconocer que muchas veces sucumbimos ante las apariencias del día es reconocer que muchas veces dependemos de factores externos a nosotros para actuar, lo que es lo mismo que decir que las riendas de nuestra vida no las tenemos nosotros, sino factores externos. ¿Qué hacer?

El día y los factores externos no podemos cambiarlos, pero sí podemos cambiar nuestra actitud hacia esos factores. Ante la lluvia, por ejemplo, podemos tener una actitud reservada o la del niño que alegremente va pisando y con fuerza todos y cada uno de los charcos que se va encontrando por el camino independientemente de como van quedando sus pantalones. Podemos tomar una actitud de reserva, una actitud juguetona o una actitud de desafío. Nosotros somos los responsables únicos no de lo que hay frente a nosotros, pero si de como actuamos frente a lo que nos sucede.

Si nuestra actitud es positiva; los resultados serán positivos. Si nuestra actitud es negativa lo más probable es que los resultados también lo sean. No podemos cambiar las circunstancias, pero sí la manera de como afrontarlas, y al cambiar las formas de enfrentarlas podemos cambiar no sólo los resultados sino también los sentimientos y emociones que vamos sintiendo mientras lo vivimos.

Hay momentos en la vida en los que nos empeñamos en que las cosas sean única y exclusivamente cómo queremos. Nos cerramos en banda a otras maneras de hacer las cosas, y con ello a vivencias nuevas y muchos más positivas, así como a la consecución de lo que queremos.

Darme cuenta de que depende tan sólo de mi el cómo afrontar cada día, cada circunstancias, cada situación y cada contrariedad me hace sentirme dueño de mi propia realidad y de cómo yo la quiero vivir. Dejarme llevar por las circunstancias, por lo que veo y encuentro frente a mí, es permitir que los hechos sean los dueños de mi forma de responder a los mismos, quitan mi libertad de decidir lo que yo quiero y como yo quiero vivir.

La actitud mental positiva me da precisamente eso, elegir como vivir y enfocar mi vida hacia lo que yo, simplemente, quiero.


22/8/11

El éxito es una decisión



Aunque parezca un poco fuerte decirlo creo es el éxito es el resultado de una decisión más que de el azar o suerte. Y si me apuras a decirlo es el resultado de una buena decisión, una decisión basada en una actitud mental positiva.

En la vida mantenemos, por lo general, dos actitudes un tanto diferentes. La actitud reactiva o la actitud pro-activa. ¿Cuál es la diferencia entre una y otra?

En la actitud reactiva, por lo general, reaccionamos ante los estímulos que se nos presentan. Las reacciones pueden ser conscientes o inconscientes, deliberadas o no. Pero lo que sí es cierto es que obedecen, por lo general, como respuestas a situaciones inesperadas de la vida. Por lo general a través de las reacciones intentamos defendernos de posibles daños.

La actitud pro-activa es, en cambio, una toma de decisiones orientadas no a la defensa de unos daños que podamos tener sino a unos retos que se presentan frente a nosotros en un momento determinado. Aunque el posible daño está presente lo que prevalece es la meta y el objetivo que uno tiene en mente.

Mientas la actitud reactiva puede llevarnos a mil y una justificaciones, disculpas, lamentaciones o complejos de víctimas, la actitud pro-activa nos lleva a sentirnos responsables y a ser dueños de la situación. Las lágrimas, los infortunios y las lamentaciones da paso a un sentimiento de responsabilidad y de sentir el reto de seguir adelante buscando nuevos caminos por los que transitar.

Un pequeño ejemplo lo vivía ayer hablando con una persona que desde pequeña ha querido estudiar medicina. Las notas y la situación económica la tienen medio parada a la hora de poder cursar los estudios de medicina. A medida que iban saliendo aspectos de su actual situación había elementos naturales en ella que estaban dormidos y no estaban siendo utilizados para conseguir el fin de estudiar, sino más bien como pasatiempos. Concretamente hablo de su gran cualidad de hacer dibujos a carboncillo, dibujos que le salen bien y que les gusta a las personas allegadas. Sin dar muchos pormenores de la conversación mantenida con ella vi como se le iban abriendo los ojos a encontrar que a través del carboncillo y del buen hacer dibujos de ella se le abrían ciertas puertas que hasta ahora la veía cerradas, sobre todo cuando se podían conectar de forma clara con el negocio de su padre, la zona turística en la que vivimos durante todo el año, y otras puertas que se abrían.

Cuando reaccionamos, por lo general, no pensamos. La mente se embota y somos presa de la emociones y de los estímulos espontáneos que tenemos.

Cuando actuamos de forma pro-activa, el pensamiento tiene su lugar.
  1. Tenemos presente lo que queremos conseguir.
  2. La mente se abre a buscar alternativas.
  3. Crece el sentimiento de responsabilidad en vez inculpar a otros o a la vida.
  4. Asumimos la realidad como un reto y no como una desgracia insuperable.
  5. Encontramos sentido a lo que tenemos que hacer.
Es por ello que el éxito es el resultado de decisiones, y nunca mejor de buenas decisiones, siempre enfocadas a objetivos y de un sentido de la vida que nos invita a proseguir el camino, aunque a veces sea de forma diferente.





19/8/11

Los tres pilares de éxito



Hay tres pilares fundamentales a la hora de alcanzar el éxito en las tareas que nos proponemos en nuestra vida: actitud, motivación y actitudes positivas con el entorno que nos rodea. Si realmente cultivamos estos tres elementos el éxito estará tocando a nuestra puerta. El éxito no llega por casualidad, sino que es más bien el fruto de unas actitudes y circunstancias  que nosotros creamos.


  1. La actitud es fundamental. El 85% del éxito o fracaso de lo que conseguimos en la vida se debe a la actitud que tenemos, mientras que el 15% se debe a las habilidades que podemos tener. Dentro de la actitud podemos tener en cuenta nuestro estado anímico, es decir, el ánimo y el espíritu con que afrontamos los objetivos. Si de entrada somos pesimistas difícilmente conseguiremos alcanzar lo que deseamos. Si caminamos con dudas permitimos que el miedo y la inseguridad se instalen en nosotros y si consiguen hacerlo nuestra mente estará más orientada al fracaso que al propio éxito. La actitud perdedora es una actitud profética de nuestro propio fracaso.
  2. La motivación es el motor, es lo que nos mueve, lo que hace que demos es paso, lo que indica que hay un sentido en aquello que hacemos. No es lo mismo estar cavando y transportando piedras por el simple hecho de hacerlo que por construir la propia casa, que por ganarse un salario o por hacer una obra de arte. Los motivos, sean internos o externos son elementos que alimentan el sentido de la vida, los que hacen que las cosas encajen dentro de nuestro esquema mental y de actitudes. La vida no es simple cuestión de azar y de ir haciendo cosas como salgan. Todo lo vamos metiendo en el saco de aquello que nos ayude a realizarnos como personas y a sentir que vamos creciendo en la vida y desarrollándonos.
  3. Las actitudes positivas con el entorno y sus personas son también la clave. Lo es porque es la manera en como preparamos el terreno, el modo en como vamos creando las circunstancias y sobre todo la manera en como podemos beber de las fuentes que nos rodean y hacer que éstas mismas nos apoyen en lo que queremos conseguir. La actitud positiva con el entorno hace que atraigamos, ley de atracción, todos aquellos elementos que apoyarán nuestras necesidades y objetivos.
Es por ello que nunca estará de más el ver la congruencia que tiene que haber en nosotros entre la actitud, la motivación y nuestras relaciones con el entorno porque muchas veces, y sin ser conscientes de ello, marchamos o caminamos en dirección contraria.

Un ejemplo que con todo el respeto del mundo pongo sobre la mesa son los cantos que muchas veces tenemos en la Iglesias que en vez de ser una llamada a la vida están cargados de falta de sentimiento positivo. Otras veces, por ejemplo, nuestra manera de caminar, arrastrando los pies y encorvados, dejan ver la falta de ilusión que tenemos en lo que hacemos o hacia donde vamos. Hay situaciones en las que el lenguaje que utilizamos es más depresivo que esperanzador, más de víctimas que de personas que caminan hacia la libertad, más de dependencia de otros que de proactividad y de responsabilidad personas.

¿Qué actitud tengo? ¿Qué me motiva o lleva a querer lo que quiero conseguir? ¿A quien me arrimo, o con quien me relaciono para poder conseguirlo? Son pilares que no debo de despreciar.


18/8/11

Ladrones de tiempo



Muchas veces nos sorprendemos cuando no llegamos a realizar las tareas que nos proponemos a lo largo del día. Si analizamos detalladamente todo lo que hacemos podemos comprobar fácilmente que son muchas las ocasiones en la que nos desviamos de lo que estamos haciendo para dedicarle tiempo a otras cosas.

Recuerdo que en una ocasión me comentaba una persona que mientras estaba haciendo la comida recibió la llamada de una persona a la que quería mucho y con la que acabó conviviendo tiempo más tarde. La llamada se recibió como algo que podía ser rápida en contestar por lo que no se le prestó demasiada atención a lo que se dejaba de hacer mientras se respondía al teléfono. Pero lo curioso es que se tornó en una tan agradable conversación que el tiempo parecía pasar sin que el reloj diera cuenta de ello hasta que un resplandor daba cuenta de que en la cocina había fuego. Por suerte no llegó a mayores. Pero si nos centramos en una cosa y nos dejamos llevar por otra podemos acabar no haciendo ninguna de las dos tal y como lo deseamos.

Mientras comía hace un par de días con unos compañeros de trabajo los teléfonos no dejaban de sonar. Ninguno de ellos respondía las llamadas que entraban. Estaban centrados en algo importante, la comida y la conversación que se daba entre nosotros. Son los pequeños detalles los que hacen que nos distraigamos constantemente de lo que estamos haciendo y que hace que muchas veces tardemos más en hacer las cosas de lo que normalmente podemos hacerlo.

Vivimos pendientes del teléfono, de mensajes, de e-mail, de visitas a la mesa de compañeros de trabajo, de algo que vemos en un escaparate y nos llama la atención, de cantidad de detalles que nos salen al paso en el transcurso del día. Llegamos al final del día, hacemos balance de lo que hemos tardado en hacer las cosas y vemos que el tiempo no nos cunde. ¿En qué hemos desperdiciado el tiempo? ¿Cómo nos dejamos robar minutos u horas cada día?

Muchas veces incluso pueden ser personas las que nos roban tiempo y a las que no nos atrevemos a decirle que no. Nos sentimos a gusto con ellas pero tampoco lo estamos al 100% ya que en nuestra cabeza sabemos que tenemos que hacer otras cosas. 

En otras ocasiones hay cosas de decidimos ir posponiéndolas de un momento para otro, de un día para otro y que al final jamás logramos hacer. Son esos pequeños ladrones de tiempo que nos separan de nuestros objetivos.

Lo importante es saber no sólo que es lo que hemos dejado de hacer, sino el porqué lo hemos hecho así. La solución es fácil. Empieza una cosa y céntrate en ella hasta que la acabes. Aprende a decir no a cosas que pueden esperar, porque al final te darás cuenta que tendrás mucho más tiempo del que realmente crees tener.


17/8/11

Entre lo urgente y lo importante


El éxito y la calidad de vida depende muchas veces de la atención que le podemos dedicar a lo que es urgente e importante en nuestras vidas. Muchas veces nos hayamos metidos de lleno en lo urgente, como quien dice apagando fuegos, resolviendo cosas a última hora y siempre en el límite del tiempo reglamentario. El resultado la mayor parte de las veces es el mismo: stress, desorden, trabajos mal hechos o incompletos e insatisfacción. Con ello vienen todos unos desencadenantes emocionales que nos amargan la vida y no nos permiten saborear la vida misma.

¿Qué es lo IMPORTANTE en nuestra vida? Yo creo que es aquello que de una manera directa nos ayuda a alcanzar nuestras metas u objetivos. Déjame explicarme con un par de ejemplos:

¿Qué es lo más importante para un cocinero? Por supuesto que ante todo el conocimiento, y luego la materia prima. De nada sirve la materia prima si no sabes como utilizarla. Si tienes el conocimiento y con ello la materia prima tal vez no te halles en la tesitura que estar ante un momento urgente de tener que andar resolviendo problemas de última hora de si te falta una cosa u otra. Es cierto que la organización forma parte del proceso, pero podemos meterla en el aprendizaje en sí. Si tenemos el conocimiento, la organización y la materia prima podremos controlar otros aspectos que nos evitarán caer en urgencias como pueden ser los tiempos que necesitamos para poder elaborar lo que queremos.

En términos, por ejemplo inmobiliarios, campo en el que me muevo, ¿qué es lo más importante? ¿Tener compradores con el dinero en el bolsillo para poder comprar? Tal vez no. Lo importante es la mercancía que se pueda vender y al precio que se pueda comprar. De nada sirve tener un montón de compradores si no tienes el tipo de vivienda que quieren y al precio que pueden comprarla. Es por ello que la prioridad, lo importante es tener el producto adecuado y al precio de mercado, para no estar en las urgencias de última hora al ver que lo que uno tiene no puede ser comprado.

Es por ello que lo IMPORTANTE evita muchas veces que caigamos en lo urgente, que al final de todo siempre nos aparta de dedicarle el tiempo necesario a aquello que nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos. 

¿Cómo saber lo que es IMPORTANTE y lo que NO?

Lo importante es todo aquello necesario para poder conseguir lo que necesitamos. Es cada uno de los engranajes que necesitamos para que nuestra máquina funcione o nuestro objetivo sea una realidad. Es saber los ingredientes que necesitamos para nuestro camino, y para ello habrá que hacer una lista. Es saber el tipo de mercancía que se adecua mejor a lo que necesitamos, pues de ella tendremos que echar mano.

Si hoy tuvieras que echar mano de todo lo que has hecho en el día de ayer, ¿qué sería lo importante, qué sería lo urgente y que sería lo trivial a lo que les has dedicado el tiempo? Un pequeño ejercicio interesante es hacer una lista de verbos de todo lo que has hecho ayer o llevas hecho hoy, así como el tiempo que le has dedicado, Tal vez uno se lleve una sorpresa y vea que en su vida le dedica mucho más tiempo a lo NO IMPORTANTE o a la URGENTE que a lo que realmente es IMPORTANTE. 

Todo es cuestión de echar un vistazo a lo que hacemos, y a lo que realmente le damos importancia, pues de una manera u otra puede que sea IMPORTANTE,  y no porque lo sea, sino más bien por el tiempo que le dedicamos.


16/8/11

Mirando más allá de lo que vemos



Día tras día no encontramos con situaciones que nos desconciertan. Nos quedamos en los hechos que vemos u oímos y hacen que nuestras emociones tomen una dirección muchas veces equivocada u errónea. Hay algo que siempre nos ayudará a tomar una actitud mucho mejor y más positiva como es la propia información de lo que realmente pasa. Lo peor, por el contrario, es enfadarnos, mosquearnos, interpretar hechos o, simplemente, en tomar el rol de la posesión de la verdad y de dictaminar por propia cuenta y riesgo lo que es bueno o malo.

Detrás de cada uno de nosotros se esconde todo un mundo de situaciones personales que nos condicionan y nos hacen actuar de una manera desconcertante para otros. Lo peor de todo que muchas veces hacemos que la procesión vaya por dentro y que pocos sepan lo que se cuece dentro de nosotros. Unas veces lo hacemos por no molestar, otras por salvaguardar nuestra propia intimidad. Pero lo cierto es que no todos dejamos entrever lo que nos pasa y no todos sabemos lo que se cuece dentro de los demás. Es fácil emitir juicios, pero es difícil ponerse en la situación del otro, ponerse en sus propios zapatos o pantalones. Ello requiere tacto y comunicación sincera, y a veces no es fácil llegar a lo que puede haber dentro de cada persona que en un momento determinado de su vida nos deja desconcertados y con la boca abierta.

La empatía nos lleva a intentar, precisamente, ponernos en la situación del otro, saber cuales son las emociones que siente, el porqué las siente y como repercuten en su vida. Es una actitud de escucha activa en las que nuestros valores, creencia y prejuicios no tienen cabida. Lo único que tiene cabida es la situación del otro, y desde lo que el otro está viviendo y sintiendo. Cuando conseguimos llegar a este estadio todo cambia en nosotros; hay una mayor apertura, entendemos mejor la vida del otro y sus reacciones e incluso nos hace sentirnos más libres y solidarios.

Un pequeño ejemplo de ello es este vídeo que hace tiempo se colgó en internet y que nos invita a tener esa mirada diferente y profunda.......




15/8/11

Acoso



Tuve ocasión de ver esta tarde una vez más la película "Acoso escolar" en la que una niña se sentía acosada por otras en el colegio en el que estudiaba. Me llamó la atención la forma en que la madre le ayudó a enfrentar el tema del acoso: el miedo muchas veces se pierde a través de la información. Y fue el estudio y la información sobre el acoso la propuesta de la niña como trabajo de clase, un trabajo que le ayudó no solamente a afrontarlo a ella y otras niños en su misma situación sino a entenderse a si mismos aquellos que eran acosadores. Pero nunca es malo repasar los pasos que ayudan a uno a poder enfrentarse a todo tipo de situaciones.
  1. Reconocer y aceptar la realidad que uno vive. No es fácil, preferimos vivir en el mundo del autoengaño o en el mundo del miedo. Reconocer y aceptar es el primer paso indispensable para poder afrontar cualquier tipo de cambio que queramos realizar, más que nada porque es el punto de partida desde el que nos encontramos realmente.
  2. Compartir con otras personas, sin miedo y con confianza, aquello que queremos alcanzar. La comunicación es importante, porque no solo compartimos, sino que nos abrimos a la crítica sincera y a veces incomprendida de los demás. Es en la comunicación y en el apoyo, o no, de los demás como podemos afianzar mejor nuestras creencias y valores. Comunicando lo que sentimos y queremos nos ayudan a contrastarnos con nosotros mismos.
  3. Informarse y conocer tanto lo que queremos alcanzar como todas las dificultades que podemos encontrarnos. La mejor herramienta para poder vencer los miedos es la información real sobre aquello que tememos. Conocer es controlar, es por ello que muchas veces hay sistemas políticos que no quieren que la gente sepa. Quien sabe, es capaz de controlar las situaciones.
  4. Únete a otros que tengan el mismo proyecto que tu. La unión hace la fuerza. Cuatro piensan más que uno, y un equipo es capaz de conseguir lo que uno solo no puede.
  5. Muévete, da pasos, pasa a la acción. Un paso es el inicio del camino, y después de cada paso la misma vida te irá enseñando los otros pasos que tienes que ir dando.

12/8/11

Desarmando las excusas



Todos hemos experimentado en algún momento las excusas como justificación para no llevar a cabo algún proyecto que tenemos en mente. Unas veces nos escondemos detrás de ciertos intereses personales, mientras que otras veces las ponemos en el ambientes o situaciones que nos rodean. ¿Qué hay detrás de todas las excusas que nos ponemos? Creo que muchas veces detrás de ello hay una razón más que evidente: miedo y falta de convencimiento de lo que queremos alcanzar, mientras que la falta de motivación también camina de la la mano con éstas últimas. ¿Cómo dejarlas a un lado?

  1. Lo primero mirar el lado positivo y las ganancias de aquello que queremos conseguir y a lo que le ponemos mil y una excusas. Cuando ponemos excusas, siempre miramos el lado negativo, la parte pesimista y las pérdidas que podemos obtener. Mirar al lado positivo de aquello y en lo que nos va a beneficiar anima mucho más la toma de decisiones.
  2. Asumir la responsabilidad. Uno es el dueño de su propia vida. Nadie puede llevar las riendas de nuestra propia vida. Cuando cedemos ante las excusas dejamos nuestra vida en manos de otros. ¿Somos o no somos los dueños de nuestra propia vida? ¿Realmente queremos serlo o dejar nuestras vidas dependiendo de otros? No hay nada como ser uno mismo.
  3. Encuentra una solución. Da un paso, el primero, y ten preparado cada uno de los pasos que tienes que dar. Pon fechas para cada paso, tal vez se adelanten o se atrasen, pero al menos tienes una ruta marcada. 
  4. Pon lo que quieres conseguir como una prioridad, como algo importante en tu vida. Y sobre todo ten claro el porqué es importante.
  5. Visualiza el objetivo. Ten en mente como te vas a sentir en el momento que lo vas a conseguir, las repercusiones que va a tener en tu vida en todos los ámbitos: personal, económico, familiar, social, etc. Dale tiempo con la visualización para que forme una parte continua de ti y de tu persona.
  6. Comparte tu objetivo con alguien en quien confiar y que te puede ayudar a conseguirlo, a animarte o a recordarte que tienes que realizar un camino y sobre todo, el porqué quieres conseguirlo. Cuando comprendan tus metas tal vez su ayuda será más efectiva.
Lo importante no es poner la mente en la excusa, sino más bien en lo que queremos alcanzar.



11/8/11

Creando circunstancias en tiempos de crisis



Pasamos muy duros momentos en la vida, que ciertamente nos llaman a adaptarnos, a crecer y a vencer los diferentes problemas que van apareciendo a lo largo de la vida. Y como bien diría Darwin o te adaptas o mueres. En medio de ello, y si queremos optar por la vida tenemos que saber crear circunstancias en vez de lamentarnos y de sentarnos a llorar por lo que hemos perdido, estamos perdiendo o podemos perder. Hay un dicho que dice que "a río revuelto, ganancia de pescadores", y otro que dice que "camarón que se duerme, se lo lleva la corriente". ¿Con cuál de los dos se identifica nuestra vida? Yo con el primero, añadiéndoles que "no hay mal que por bien no venga". Lo importante es saber crear circunstancias en medio de la tormenta.

Todos creamos circunstancias cuando tenemos realmente interés en algo:
  • Propiciamos encuentros que aparentemente son fortuitos, aunque en realidad son programados.
  • Preparamos un buen ambiente para una cena, comida familiar o encuentros de amigos.
  • Hablamos con personas que tienen conocimientos sobre un viaje que queremos hacer y que nos dan indicaciones muy valiosas.
  • Le añadimos a una receta algo especial que le da ese toque singular.
  • Movemos muebles de un lado para otro hasta encontrar la sensación que nos satisface.
Podría poner cantidad de cosas, pero lo cierto es que a muchas personas se nos ocurren muchas cosas en muchos momentos de la vida.

¿Qué hacer para que se nos ocurran cosas?
  1. Ser consciente de lo que tenemos tanto a nivel personal, social y material.
  2. Tomar conciencia de las veces en nos hemos servido de esos elementos y de cómo lo hemos hecho, sobre todo de los momentos en los que hemos sacado algo positivo.
  3. Ser creativos: ¿por qué no hacer un rompecabezas con todo lo que tenemos y mover las fichas en distinto orden? A veces somos tan metódicos que no nos damos cuenta que cambiando el ritmo, el orden, las secuencias o incluso el sentido de todo aquello que hacemos podemos alcanzar resultados diferentes a los que hasta ahora hemos alcanzado. Y quien sabe si en uno de esos movimientos nos sale una chispa auténtica de creatividad.
  4. Probar algunas de las combinaciones que nos han salido, es decir, pasar a la acción.
  5. Evaluar los resultados y probar nuevas combinaciones.
Y para poner nuestra capacidad de creatividad y de invención........, ¿serías capaz de escribir en el lugar de comentarios lo que se te podría ocurrir hacer con un palillo de dientes? La clave está en escribir, por absurdo que te parezca, todo lo que se te ocurra y sin parar durante uno o dos minutos. Sin pensar, sin reflexionar. Deja que el hemisferio derecho, el de la creatividad, entre en acción. Es una parte del inmenso puzzle de la vida. 

Lo mismo hay que hacer en la vida real con nuestras situaciones, darle rienda suelta a todo lo que se nos ocurra y después intentar darle sentido al puzzle que hemos hecho. Todo es cuestión de saber crear las circunstancias para que algo pueda darse en la vida.




10/8/11

¿Suerte?





Hay quien cree en la suerte, y creo que nunca estaría de más en distinguir entre "suerte" y "azar". El azar son cosas que suceden sin que uno pueda controlarlas. el hecho de que me toque la lotería es producto del azar. Yo no puedo controlar las bolas que salen en la lotería, los partidos que se van a ganar o perder, o los números que van a salir en el bingo.

Pero también es cierto que muchas veces miramos a los demás como gente que ha tenido suerte: les ha tocado una buena pareja, has sacado adelante unas oposiciones, han marcado no se cuantos goles en la liga de fútbol o han conseguido tantos títulos. Hay cosas que no se dan por casualidad y menos que se repitan una, dos, tres u otras tantas más. El azar no lo controlamos, la suerte es el producto de un esfuerzo, de un saber estar en el momento adecuado, en el sitio adecuado y hacer el movimiento adecuado.

La suerte no es producto del azar, sino más bien de la planificación, del esfuerzo, de la constancia, de la perseverancia y, sobre todo, de la fe que uno tiene en lo que quiere conseguir. Detrás de cada éxito hay horas de esfuerzo, sudor, lágrimas, sinsabores y cantidad de elementos son los cuales nunca habría sido posible el poder llegar hasta donde se ha llegado.

Para tener suerte en la vida tan sólo hace falta una cosa: CREAR CIRCUNSTANCIAS que nos hagan llegar al éxito.

Para la buena suerte habría que tener en cuenta siete pasos importantes:

Primera.- La suerte no dura demasiado tiempo, porque no depende de ti. La Buena Suerte la crea uno mismo, por eso dura siempre.

Segunda.- Muchos son los que quieren tener Buena Suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.

Tercera.- Si ahora no tienes Buena Suerte tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre. Para que la Buena Suerte llegue, es conveniente crear nuevas circunstancias.

Cuarta.- Preparar circunstancias para la Buena Suerte no significa buscar sólo el propio beneficio. Crear circunstancias para que otros también ganen atrae a la Buena Suerte.

Quinta.- Si "dejas para mañana" la preparación de las circunstancias, la Buena Suerte quizá nunca llegue. Crear circunstancias requiere dar un primer paso... ¡dalo hoy!

Sexta.- Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la Buena Suerte no llega. Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias...., pero imprescindibles

Séptima.- A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo. A los que se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.

Octava.- Nadie puede vender suerte. La Buena Suerte no se vende. Desconfía de los vendedores de suerte.

Novena.- Cuando ya hayas creado las circunstancias, ten paciencia, no abandones. Para que la Buena Suerte llegue, confía.

Décima.- Crear Buena Suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad. Pero la oportunidad no es cuestión de suerte o azar: siempre está ahí.


Dado que crear Buena Suerte es crear circunstancias... La Buena Suerte solamente depende de ti.

(Texto extraído del cuento "La Buena Suerte" de Álex Rovira Celma y Fernando Trías de Bes).


9/8/11

Te acompaño en el sentimiento



Una de las frases que más solemos utilizar cuando acompañamos en el duelo a alguien es precisamente esa, te acompaño en el sentimiento. Y es curioso que acompañar en el sentimiento, y no me refiero al de la pérdida por muerte, sino a cualquier tipo de duelo que podamos tener en la vida es un identificarse con una situación que otra persona está experimentando y no para llorar con ella sino todo lo contrario, para que en el llanto encuentre un elemento que le haga vivir a tope una nueva realidad.

Hoy, en este mundo en crisis, mucha gente experimenta la pobreza, el desempleo, la pérdida de un trabajo en edades ya muy maduras, una ruptura y una nueva condición social a nivel familiar, etc. En éstas situaciones acompañar en el sentimiento es ayudar a tomar conciencia de una serie de situaciones de la vida pasada que se encuentran dentro de la otra persona que son capaces de regenerar la vida que parece que en un momento determinado se va.

Hay muchas situaciones que desde la infancia hemos vivido, situaciones que a veces pueden ser imperceptibles, pero que han sido situaciones que, vividas solos o acompañados, nos hecho salir adelante en tiempos de bonanza o de crisis, situaciones que están en nuestro baúl de los recuerdos esperando a ser rescatadas y que por su falta de uso tal vez las hemos olvidado por instantes.

Acompañar en el sentimiento es pues hacerse eco del momento de la otra persona para hacerle consciente no sólo de dolor sino de todas las capacidades que hay dentro de ella para seguir viviendo. Siempre me ha llamado la atención, en este sentido, aquella frase de Jesús cuando una vez resucitado se hizo presente a los discípulos a través de los ángeles que le dijeron a éstos de que fueran a buscarlo a Galilea, ¿por qué? Porque en Galilea fue donde realizo sus milagros, su cercanía a la gente, sus milagros y donde la vida cobraba sentido.

Acompañar en el sentimiento es ayudar a recobrar al que vive a tu lado a recobrar todos esos momentos y situaciones que en un momento han dado sentido a su vida aunque ahora las circunstancias sean diferentes.


8/8/11

Ser el mejor



Compartí mesa y mantel con él en un cumpleaños y entre otras cosas hablamos en que tipo de negocios invertir actualmente ante la situación de crisis económica mundial que vivimos. Es el considerado uno de los mejores profesionales frigoristas de la isla y, aún y así y a todo, por no coger el teléfono cuando le llaman le consideran el mejor. Para no coger el teléfono tiene una razón, si coge todas las llamadas que tiene no podría realizar todo el trabajo que hace no de la forma en que lo hace.

El tenía muy claro una cosas, que son momentos difíciles para abrir negocios. La situación es dura. Pero lo que si tenía claro era que iniciaras en lo que te iniciaras fueras el mejor. A mí me venía a la mente la cantidad de personas que muchas veces hemos optado voluntaria y deliberadamente no por ser los mejores, sino por ser más bien del montón. ¿Qué hay que nos cuesta querer ser los mejores?

Ser los mejores requiere formación, información, estar siempre a la última querer ofrecer los servicios que nadie ha querido ofrecer o resolver los problemas que otros no han sabido hacer. Ser los mejores es amar lo que se hace y entrar en una comunión tal con lo que se hace que tu y lo que haces es una extensión de tu propia personalidad.

Ser los mejores, o querer ser los mejores, es no conformarse con lo simple y con la ley del mínimo esfuerzo, es querer ser un auténtico artista en lo que uno hace. Pero, ¿por qué nos cuesta tanto querer superarnos y querer ser los mejores? ¿Será que no creemos en nuestras posibilidades, en nosotros mismos? ¿Evitamos el esfuerzo y el compromiso? ¿Nos conformamos con cualquier cosa?

Algo para pensar, ¿no?


5/8/11

Vivir al límite



Me ha llamado muchas veces la vida de algunas personas que en un momento determinado de sus vidas viven en situaciones limites. Podemos encontrarnos a quienes se enfrentan a situaciones bélicas, a quienes tienen que desactivar explosivos o a quienes se juegan la vida, simplemente, escalando montañas.

Entre unos y otros podemos estar los que a diario nos tenemos que enfrentar a situaciones de crisis económicas, familiares o, incluso de identificación personal en cuanto al lugar que uno ocupa en la vida. ¿Que podemos aprender de nosotros en estas situaciones?

Pienso que las situaciones limite:

  • Nos ponen en nuestro sitio. Nos hacen tomar conciencia de quien somos, de lo que pensamos de nosotros mismos y de nuestros propios valores.
  • Hacen que nos centremos en lo esencial y en lo importante y dejemos a un lado lo que puede ser secundario y accesorio.
  • Nos ayudan a disfrutar del momento y a ver, en el momento que vivimos, un desafío, una posibilidad de crecer y, sobre todo, un mundo de creatividad y de búsqueda de apoyos donde poder ser proactivos y pasar de una situación de víctimas acotra más real de sentirnos dueños de nuestra vida.
  • Y lo más importante, saber hasta que punto creemos en nosotros mismos y en nuestra capacidad de búsqueda de soluciones y de nuevos caminos que tal vez jamás hayamos pensado.

Es cuestión, como alguien decía hoy, que no hay mal que por bien no venga.


4/8/11

Cuestión de actitud




¿Qué es lo más importante a la hora de conseguir o alcanzar un sueño, la habilidad o la actitud?

Es cierto que la habilidad es uno de los factores más importantes a la hora de poder conseguir un sueño, pero también lo es que no lo es todo. Podemos tener habilidades, pero no desarrollarlas adecuadamente, o no poderle todo el entusiasmo o pasión que uno debería ponerle. Una actitud conformista posiblemente nos haga quedarnos en lo más elemental de aquello que deseamos alcanzar y no de llegar a lo esencial, que tal vez es lo que nos hace sentirnos realizados.

Por otra parte hemos podido comprobar muchas veces que hay personas que no tienen habilidades, pero si actitudes y con ellas son capaces de superar los obstáculos más importantes y fuertes que se pueden encontrar en el camino. Pongamos ejemplos reales de la misma vida diaria.

Todos somos conscientes de personas que han tenido accidentes y han quedado parapléjicos o con grandes disfunciones motoras, personas que se han encontrado con con dificultades de tipo fisico en la vida. Hay quienes se han quedado postrados en una cama, y hay quienes en su ceguera han comenzado a viajar en bicicleta, a escalar montañas o incluso a conducir coches, alguno incluso a más de 270 km/h. Hay otros que han llegado a correr, a jugar en silla de ruedas o incluso a nadar con grandes minusvalías. Lo curioso es que han desarrollado habilidades que muchos de nosotros, que no tenemos minusvalías, ni tan siquiera desarrollamos y que ellos han comenzado a desarrollar una vez que se han quedado en situación de auténtica necesidad.

¿Cuál es la diferencia que marca el éxito o el logro? ¿Qué hace que uno se sienta motivado o no? ¿Por qué hay quien sale del abismo mientras que otros se instalan? Es la actitud hacia nosotros mismos y hacia la vida la que marca la diferencia.


3/8/11

Los sueños, nuestros grandes indicadores



"Dime con quien andas y te diré quien eres", dice el refrán. Dime cuales son tus sueños y probablemente te diré a donde llegarás.

Los sueños es lo que tenemos en la mente y, quieras no no, lo que tenemos en la mente es lo que condiciona toda nuestra vida. Si en la mente guardas resentimientos, tu vida estará cargada de ellos y serás una persona infeliz. Si tu vida está cargada de ilusiones y de proyectos serás una persona cargada de ganas de vivir y que lleva una dirección concreta en la vida con muchas posibilidades de alcanzar lo que tienes en la mente. Eso si, no basta con ser soñador, sino que los sueños hay que ir transformándolos en pequeños pasos que hay que dar en la vida cada día o cuando uno lo cree oportuno

A veces creo que en la vida hay que tener "cierta" actitud psicótica. Lo digo en el sentido que la persistencia, la perseverancia, la obstinación y una cierta mente cuadrada hacen posible que nuestras ideas y nuestro sueños busquen el cauce adecuado una y otra vez. Es ésta actitud la que hace que, antes circunstancias adversas, busquemos de forma proactiva la manera de llevar a cabo aquello que queremos. No hay que entrar dentro de una actitud propiamente enfermiza en sí, pero si en la actitud constante de búsquedad y de caminar en la senda adecuada sin que otros factores nos distraigan.

Son los sueños los que permiten saber que hay dentro de nuestra mente, y es nuestra mente la que dirige los pasos, y son los pasos los que nos conducen hacia un punto determinado. Los que alcanzan el punto es porque se han dejado llevar por lo que pensaban y creían. Otros tal vez se dejen llevar por las emociones, que probablemente puedan estar llenas de ricas vivencias, pero no tanto de resultados que queremos para nuestra propia vida.


2/8/11

Creer en el proyecto



Alguien se peguntaba sobre el porqué de tantos objetivos que nos hacemos ahora en el verano, o a principios de año, y que no acabamos de alcanzar a realizar y que, por tanto, vamos dejando a lo largo de nuestro camino.

Hay algo que me recuerda a la parábola del sembrador en el que va depositando la semilla entre zarzas, piedras y tierra buena. Creo que la tierra buena es aquella que entiende y acoge abiertamente el proyecto de una vida por motivos bien claros, definidos y que saben realmente como repercutirán en la vida de uno a corto, medio y largo plazo. Además estos motivos, que se convierten en la motivación real que nos mueve a actuar están en consonancia real y directa con el sentido que le damos a la vida y a todo lo que hacemos.

Somos personas que caminamos por la vida con expectativas o personas que nos conformamos con aquello que nos va cayendo por la vida de forma inconsciente. En el primer caso somos personas que sabemos lo que queremos y a donde vamos. En el segundo de los casos vamos y bailamos al ritmo que nos marcan, unas veces los demás y otras veces nuestros propios estados de ánimo. Somos dueños de nuestras vidas o somos esclavos de las emociones que tenemos o de los pasos que otros nos van marcando.

Podemos crecer en medio de dificultades, en medio del pedrisco, de las zarzas, de la tempestad o del calor. En medio de estas circunstancias vemos crecer hierba, vemos como la fragilidad de ciertos árboles aguantan mejor las tempestades que otros que se pueden sentir más fuertes. Lo importante, pues, es no perder el norte, saber lo que uno quiere, y por qué lo quieres, saber lo que va a aportar a su vida y cómo lo va a beneficiar, pero sobre todo encuadrarlo en aquello que da sentido a nuestras vidas.


1/8/11

Aprender a fracsar



Fracaso puede ser sinónimo de debacle completa. Pero si nos detenemos ante él de forma tranquila y apaciguada puede ser que el fracaso se convierta en una experiencia totalmente positiva. ¿Cuando sucede ésto? Cuando no nos damos por vencidos y tratamos de aprender de las lecciones de la vida. Para ello se me antojan unos pasos importantes:

  1. Aceptación. Si no aceptamos lo que hay en nuestra vida, las equivocaciones que hayamos podido tener, y que las cosas no han salido como deseábamos nos podemos encontrar en un círculo en el que estaremos maldiciendo nuestra suerte, las circunstancias que nos rodean o han rodeado en todo este tiempo y a las personas que no nos han echado una mano. Aceptación nos da algo muy importante: tranquilidad de espíritu para poder analizar no sólo las causad sino de poder vislumbrar alguna salida a esa situación en las que nos encontramos.
  2. Juntamente con la Aceptación hay un segundo paso que es la de reconocer todos y cada uno de los pasos que nos han llevado hasta ahí, dejando de culpabilizarnos, o de culpabilizar a otros. Una actitud de análisis sincero y humilde con el único objetivo de conocer las causas y las circunstancias que nos han envuelto es importante, ¿por qué? Pues porque si las reconocemos podremos hacer cosas diferentes para obtener resultados diferentes.
  3. Intentar algo diferente. La vida está hecha de intentos fallidos hasta conseguir los resultados diferentes. Buscar nuevos caminos, nuevas ideas, nuevas actitudes es algo fundamental. Podemos cotejarlo con otras personas, pero sobre todo con personas que lo han conseguido, personas que han triunfado y si bien es cierto que unos triunfan y otros fracasan, también lo es que éxito tiene una estructura, y esa es la que tenemos que aprender y modelar de aquellos que si han tenido éxito.
  4. Constancia y perseverancia. No hay éxito si no es fruto del constante esfuerzo y dedicación en conseguir y perfeccionar los medios para poder conseguirlo. detrás de las personas con éxito hay muchas horas de trabajo, de dedicación, de esfuerzo y de ilusión. Constancia y perseverancia en la clave. El éxito no llega por casualidad.