25/6/10

Autocontrol



Hacía tiempo que no nos sentabamos juntos para hablar un rato. La distancia geografica hacia que la comunicación se enfriara por momentos, pero siempre hay algo que queda en una buena amistad. Hoy no quise dejar pasar la ocasión y quise ser directo con él. Por una parte la amistad que siento hacia él y por otra porque me parecía ver cierta tristeza en su forma de presentarse ante la vida. Juntos en el paque, mientras mi hija jugaba y mi mujer cuidaba de ella, él y yo nos pusimos tranquilamente a hablar.

Me llamaba la atención la expresión que utilizaba él hacia la vida: "Muchos me la presentan como un tobogán donde hay subidas y bajadas. Yo no quiero subidas y bajadas, cambios contínuos en la vida. Prefiero estar en la zona baja, vivir en esa zona percibiendo la vida de forma indiferente, acostumbrandome a ella y dejar que cada dia venga con lo que tiene que venir".

A medida que lo escuchaba me venia a la mente las palabras que minutos antes oía de sus propios labios: "No entiendo a la gente de hoy, lo quieren todo hecho, todo fácil, sin esfuerzo. La crisis que vivimos es una crisis de valores que nos impiden crecer como personas y como ciudadanos".

Yo se lo hize notar: La vida es esfuerzo, según decías tu hace unos minutos. Y alcanzar el éxito, los objetivos, requiere esfuerzo, dedicación y que en momentos determinados tengamos altos y bajos. La vida no es ni un paseo de rosas, ni un valle de lágrimas. La vida es un tobogán, tobogán que no te gusta, pero que al fin y al cabo es la realidad de la vida. Si el esfuerzo, y el sufrimiento que éste conlleva, es necesario para sacar un pais adelante en medio de una crisis, también lo es para una persona que quiere alcanzar objetivos personales, le dije.

El camino llano es como un encefalograma o un electrocardiograma plano: muerte, inactividad, falta de sentimientos, de estímulos. Las subidas y las bajadas tienen un cierto sentido en la vida. El sentido se lo ponemos nosotros y está en función de los objetivos que queramos alcanzar. Las subidas y las bajadas le dan cierto aire y cierto sabor a la vida. Lo importante es el control que nosostros queramos hacer de nuestras emociones y sobre todo un control en el que las emociones y las experiencias de la vida estén al servicio de nosotros, de nuestros objetivos, de nuestras ilusiones.

Nuestra mente tiene un gran poder y una gran fuerza, pero tenemos que dedicarle el tiempo necesario para que no ande a reinda suelta y sin control. Nuestra vida no puede ser un caballo desbocado y en nuestro interior está la posibilidad de domar, domesticar, controlar nuestros sentimientos y nuestras experiencia para ponerlas al servicio de lo que más profundamente queremos y ansiamos. 

De los momentos buenos y de los malos podemos sacar grandes dosis de riqueza que nos permiten aminar hacia lo que queremos conseguir. Lo importante es la actitud que tengamos ante la vida, y la actitud depende de nosotros.

Lo dejé para continuar más adelante, antes de volver a la tierra en la que vivo y con la ilsuión de poder hacerle ver que la vida tiene sentido, siempre y cuando se lo queramos dar.