"Las personas que no son capaces de controlar sus pensamientos,
vivirán en sufrimiento."
Es una frase que acabo de escuchar en la radio. La verdad es que somos lo que pensamos, y los pensamientos nos juegan una mala pasada hasta el punto de perder una partida o un sueño antes de comenzarlo.
En el mundo vivimos dos clases de personas, los optimistas y los pesimistas; los que confían y los que se dejan llevar por el miedo. Al final, ¿Quienes son los que triunfan? Tu mismo puedes responder a la pregunta.
¿Cual es nuestra forma de pensar y nuestra actitud en la vida? Si somos de los que creemos y confiamos, de los que se sienten atrevidos y desafiamos a los miedos, de los que las dificultades son autenticas oportunidades para lograr algo, el éxito está servido. Por el contrario, si somos de los que nos dejamos llevar por los miedos, desconfiamos de nosotros mismos y de los que nos rodean y nos dejamos vencer por la dificultad, el fracaso también está servido desde el principio y muchas veces desde antes de iniciar el proceso ya que muchas veces estas actitudes y pensamientos nos condicionan para dar un primer paso.
El detonante de todo es la ilusión. A mayor ilusión, mayor empeño, actitud positiva y apertura a lo nuevo. Hay mil razones para no iniciar algo, pero siempre habrá una para ir tras el sueño. Y esa razón es suficiente.
Si controlamos nuestros pensamiento podremos hacer que estos nos empujen a realizar algo. Somos lo que hacemos, decía Aristóteles. Y hacemos lo que pensamos, aunque muchas veces no somos dueños de nuestros pensamientos y éstos se apoderan de nosotros y nos ponen a su merced. ¿Son nuestros pensamientos racionales o carecen más bien de toda lógica.