Me gustó un artículo de Ana Novo sobre "salir de la crisis". Transcribo parte de él porque creo que con esta parte podemos entender el resto:
Desempleo es no tener empleo. La situación en la que se encuentra quien quiere y puede trabajar y está sin empleo.
Empleo es la plaza o puesto de trabajo que ocupa un trabajador “por cuenta ajena”, esto es, al servicio de un empresario o empresa, pública o privada. Si el desempleo es tu problema, la única solución es que exista una empresa con un puesto de trabajo vacante, que coincida con tu perfil, te interesen sus condiciones laborales y que seas elegido entre varios candidatos.
¿Estás seguro de que ésta es la única solución? ¿Y los profesionales mecánicos, fontaneros, informáticos, dentistas, abogados…? ¿Y los millonarios? Todos están en desempleo pero no tienen los mismos problemas que tú: trabajan y obtienen un medio de vida, o viven de las rentas.
Tu verdadero problema es estar convencido de que si no tienes un empleo no tendrás ninguna posibilidad de conseguir ingresos con los que mantenerte y sostener a tu familia y además realizarte y sentirte valioso y digno.
La ventaja de tomar conciencia de este error es que te abres a nuevas posibilidades. Grábate a fuego: Trabajar es necesario, un empleo no....
Me preocupa porque, en realidad, dependemos de los que deciden. Buscamos empleo que nos mantenga un tanto seguros. Trabajamos, regalamos nuestras horas a cambio de un salario y poco más. Difícilmente podremos salir de situaciones que nos mantengan libres desde un punto de vista financiero. Siempre dependeremos de que "nos quieran y nos contraten", sobre todo en este mundo tan competitivo.
A veces me viene la imagen del paralítico en la piscina de Siloé que esperaba que alguien le tirara a la piscina en el momento en que se movieran las aguas para que se obrara el milagro y volviera a caminar. Esperamos que alguien nos de empleo, que alguien nos ayude, que alguien nos de la oportunidad. Y en realidad, ¿qué pensamos de nosotros mismos en estas situaciones?
Los que somos autónomos sabemos que cada día tenemos que salir a la calle en busca de clientes. No estamos contratados. Dependemos de los clientes que buscamos y necesiten y aprecien los servicios que ofrecemos. No podemos echar la culpa a la crisis económica, porque lamentarnos de ello no nos ayudará. Simplemente tenemos que abrirnos un lugar, refinar los servicios y hacer que nuestro trabajo valga por si mismo. Si no lo conseguimos tenemos que cerrar nuestro trabajo. ¿nos lo podemos permitir? No. simplemente no. No tenemos empleo, pero si trabajo. Depende de como yo me valore a mi mismo y al servicio que ofrezco el resultado que yo pueda obtener. Lo que sí está claro es que la seguridad nos lleva a no pensar, y el no pensar a ofrecer siempre lo mismo y de la misma manera.
O crecemos, nos adaptamos, cambiamos y mejoramos lo que ofrecemos o nos vamos al tacho. Eso es lo bueno que tiene trabajar en contra de ser empleado, que te lo tienes que currar cada día, porque si no no hay dinero a fin de mes. ¿Qué hacer? Prepararse cada día para ofrecer las mejores cualidades de uno mismo a las necesidades que tiene que satisfacer las personas que necesitan de lo que sabemos o hacemos.
Tal vez la crisis despierte el gigante interior que llevamos dentro, del que no somos conscientes o del que dudamos. ¿Será la hora de despertarlo?
Yo se que buscamos la seguridad en nuestras vidas, seguridad que muchas veces paraliza y frena la mayor parte de los talentos y de la libertad que podemos tener.