6/4/16

El silencio es, a veces, la actitud más productiva.


¿El silencio o la palabra?


Hace tiempo oía a una madre decirle a su hijo que no tenía porque dar explicaciones a nadie de lo que hacía o dejaba de hacer. En aquellos momentos creo que su intención era educar al hijo a que lo importante no es lo que la gente piensa o espera de ti sino lo que tu mismo haces y de las convicciones que tienes cuando lo haces.

Es cierto que muchas veces somos un tanto recelosos de nuestra privacidad y de nuestra intimidad y no queremos dar razones para no desvelar estos aspectos. Si bien es respetable creo que cuando hacemos o decimos algo es porque para nosotros es un valor. ¿Por qué callar nuestros valores? No se si detrás de ese silencio o privacidad se esconde algo de inseguridad, miedo o algún que otro tipo de complejo. Una razón nunca está de más si ésta puede ayudar a otros.

Pero lo que sí es cierto es que a veces. como dice Richard Gare en la frase de arriba, la actitud más productiva es el silencio y creo en el silencio no como una actitud cobarde sino como aquella en la que se respeta al otro en la verdad que quiere tener e imponer sobre los demás. 

El silencio es bueno

El silencio es el único que no te va a traicionar. 
(Confucio)


El silencio libera a la mente de su jaula verbal.


La palabra es plata y el silencio es oro. 
(Refrán popular)


Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras. 
William Shakespeare


El silencio es un gran arte para la conversación. 
William Hazlitt

Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo. 
Ludwig van Beethoven


El silencio es el ruido más fuerte, 
quizás el más fuerte de los ruidos. 
Miles Davis 


Nunca des explicaciones. 
Tus amigos no las necesitan. 
Tus enemigos no las creen. 
Oscar Wilde

 Todo tiene su momento.

Al final todo tiene su momento, el de hablar y el de callar. Tanto el hablar como el callar son un arte que tenemos que aprender a utilizar para sacar lo mejor en la vida. Podemos ser esclavos de nuestras palabras pero también lo podemos ser de los silencios que no tenían que serlo.

La vida nos enseña a saber buscar los momentos. Tenemos dos ojos y dos oídos. Tal vez será porque la actitud de escucha y de aprendizaje en la vida requieren mucho más. Tenemos una sola boca, quizás porque hay que saber utilizarla, y mucho menos que los oídos y la vista. Éstos perciben e interioriza todo lo que viene de fuera. La boca externaliza lo que surge de dentro. Tenemos mucho más que aprender de lo que podemos dar a los demás.