Hoy he tenido una pequeña pero bonita experiencia, la de poder ayudar a miles de kilómetros de distancia a una persona que se había afiliado a mi linea de trabajo. Cuando las cosas no salen como uno quiere hay muchos puntos de vista que entran en juego:
- La visión del que está siendo ayudado que tiene la sensación de ser torpe y de estar haciéndole perder el tiempo a otra persona.
- La percepción del que ayuda que quiere hacerse entender y que la otra persona entienda, a veces con la impaciencia con la que queremos las cosas.
- La visión de equipo donde estamos para echar una mano y sentirse ayudados, ahora por uno y luego por otro. El trabajo colaborativo.
- La mirada del que ayuda y que se ve reflejado porque ha vivido la experiencia antes de tener que ser ayudado.
- La humildad del que parece que no lo capta y que con su "querer" lo intenta una y otra vez.
Todos estamos en camino y todos tenemos algo que aportar. En la medida en que aportas te sientes bien. ¿A qué si?