29/9/10

La actitud

Es un hecho que la actitud produce el resultado final. Dependiendo de la actitud o del espíritu con que afrontemos un hecho, una situación o una realidad será el fruto o el resultado que nos encontraremos.
Si afrontamos un trabajo, una relación con actitud apática, desinteresada, negativa o con falta de entusiasmo lo normal es que los resultados no sean los mejores y que incluso nos lamentemos de lo que hacemos, sintiéndonos con toda razón frustrados. ¿Qué hacer? Cambiar la actitud. Mi actitud jamás tiene que depender de los sentimientos, sino de mis valores como persona y de lo que quiero alcanzar en la vida. Para ello es bueno tener en cuenta que:

  • Yo y solo yo soy responsable de mi actitud.
  • Tengo que ser consciente de las actitudes que no satisfacen mi vida y cambiarlas.
  • Quiero pensar, actuar y hablar como la persona que quiero llegar a ser y desarrollar.
  • Desarrollar una alta apreciación por la vida.
La alegría es una actitud que uno escoge por adelantado y que me permite afrontar situaciones, personas y trabajos con un espíritu positivo que alimente constantemente mi propia vida.

Por ello es bueno:

  • Reconocer que la actitud debe ser reajustada diaria y constantemente.
  • Comenzar cada día con buenas actitudes.
  • Encontrar el lado positivo de cada cosa, incluso de las que son aparentemente malas.
  • Buscar y compartir con gente positiva.
  • Eliminar las palabras negativas de mi vocabulario.
  • Eliminar las creencias limitantes de mi mente. (no puedo, no valgo, no soy capaz, no creo que...)