19/8/15

En busca de nuestra esencia.






El discípulo, que era judío, preguntó:

¿Qué es lo que debo hacer para ser aceptable a Dios?

¿Y cómo voy a saberlo yo? Respondió el Maestro. Tú Biblia dice que Abrahám practicaba la hospitalidad y que Dios estaba con él. Que a Elías le encantaba orar y que Dios estaba con él. Que David gobernaba un reino y que Dios también estaba con él.

¿Y tengo yo alguna forma de saber cuál es la tarea que se me ha asignado?, preguntó el discípulo.

Sí. Trata de averiguar cuál es la más profunda inclinación de tu corazón, y síguela.

Tony de Mello

Todos llevamos algo que representa la semilla de la vida, de Dios, de nuestra propia esencia. Es nuestra más profunda inclinación y nuestro más profundo vínculo con la vida. Es lo que nos habla de Dios y lo que habla de lo más profundo de nosotros mismos. Lo que hace de nosotros algo especial, distinto, genuino y diferente del resto. Seguir esa inclinación es profundizar en nuestra esencia y en nuestro sueño interior. 

Muchas veces estamos sumergidos en los sueños de los demás, en lo que ellos esperan de nosotros. Estamos al servicio de sus sueños y de sus metas. ¿Y nuestros sueños? ¿Y nuestras metas? ¿Y nuestras ilusiones? Nadie las va a realizar por nosotros.