"Lo importante es participar", hemos dicho muchas veces. "La competitividad es horrible para la sociedad humana", hemos escuchado otras veces. Lo importante es sacarle el mayor partido posible a la competición, a la sana competitividad. Competir siempre es bueno siempre que lo hagamos en plano lúdico, en el del crecimiento personal y en el de aprender de la vida y de uno mismo.
Competir sanamente hace que nos divirtamos y disfrutemos de lo que hacemos y que luchemos no tanto con el adversario sino contra nuestros propios limites, por lo que no es extraño que cuando competimos ejercitemos mucho más nuestra fuerza de voluntad.
Al mismo tiempo la competición nos abre a la creatividad y con ello la mente se abre a nuevas técnicas y estrategias, por lo que aprendemos más y muchas veces a improvisar.
Creo en la competencia que ayuda a crecer, a pensar, a dar más de uno mismo. No creo en cambio en la que busca quedar por encima del otro. El otro no me puede hacer feliz a mí, sino yo a mí mismo desarrollando lo mejor que hay dentro de mí.
Cuanto más difícil es la victoria,
mayor es la felicidad de ganar.
Pelé.
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No puedes poner un límite a nada.
Cuanto más sueñas, más lejos llegas.
Michael Phelps.
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Si no pierdes,
no puedes disfrutar las victorias.
Rafael Nadal.
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No te preguntes
que pueden hacer tus compañeros por ti.
Pregúntate
que puedes hacer tú por ellos.
Magic Johnson.