sino que esperamos vivir,
y, al estar siempre dispuestos a ser felices,
es inevitable que nunca lo seamos
(Pascal)
Esperamos, anhelamos y queremos ser felices y posiblemente no nos damos cuenta de que la felicidad está ahí, a nuestro lado, sin darnos cuenta. Tan solo necesitamos abrir los ojos y valorar lo que tenemos a nuestro alrededor.
¿Te has percatado alguna vez que nos quejamos por tonterías? ¿Te has fijado que en el fondo somos unos privilegiados porque tenemos más salud, dinero y recursos que muchos otros, y que esos muchos otros son capaces de sonreír más que nosotros?
Fíjate en los niños...., son capaces de jugar con cualquier cosa, de usar su cabeza para adaptarse y valorar lo que tienen, aunque sea una simple cuerda. Se fabrican sus monólogos, se inventan y se imaginan la vida.
Vemos más los errores que los éxitos, los defectos que los aciertos, lo malo que lo bueno. ¿Por qué no abrir los ojos y apreciar la vida tal cuál?