Tener grandes expectativas y sin obsesionarse es algo importante. ¿Por qué? El que tiene expectativas es porque ya ha puesto la mente a trabajar y la ha puesto a trabajar en forma positiva. Tener expectativas ya es, de por sí, pensamiento positivo puro y duro. La mente ya está enfocada hacia la consecución de metas y de objetivos en la vida, lo cual quiere decir que no estás dormido y sí en camino hacia algo que quieres y anhelas.
Es éste sueño y anhelo el que comienza a darle un sentido a tu vida. Estás aquí por algo y para algo. Hay un motivo para levantarse cada mañana y quitar4se las legañas de los ojos y las sábanas que se nos pegan. Hay motivos para decir hoy voy a.......... ¿Entiendes? Una ilusión por la que vivir te genera energía y fuerza para caminar. Y cuando la vives el tiempo vuela, pasa, corre porque te sientes parte de la vida y de éste proceso maravilloso. Es el paso de un valle de lágrimas y del tedio a uno en el que gozas y tienes la sonrisa a flor de piel.
¿Te has sentido alguna vez lleno de energía y de vida? ¿Merece la pena vivir de esa manera? Pues es la hora de comenzar a ponerse objetivos reales, asumibles y realizables. Es cuestión de meterlos en la mente. No te preocupes del cómo vas a realizarlos. Lo primero es meterlo en la mente, una y otra vez, y lo segundo es que la mente se vaya abriendo camino en el mundo de la búsqueda de oportunidades, en el mundo de la creatividad, en el mundo de las relaciones humanas que pueden ayudarte a encontrar tus propios medios y los que han utilizado otras personas.
Detente un momento, piensa en tres metas que te gustaría alcanzar en el próximo año, en los próximos meses. Piensa, escríbelas y deja correr la imaginación en un papel en el que vayas escribiendo las diferentes maneras en cómo puedes conseguirlo. No tengas miedo a escribir ni a inventar caminos nuevos. Escribe y comparte con la gente que conoces y que te apoya, con la gente que te quiere y te aprecia. comparte y pídeles que te ayuden a encontrar y a luchar por tu sueño.