Interesante pregunta la que lanzaba un amigo argentino. Interesante porque hablar de mando, de poder, de control en medio del seno familiar no deja de sorprenderme en una sociedad que pasea el cariz democrático e igualitario por cualquier parte.
Cuando en términos de relaciones humanas utilizamos expresiones de mando, de poder y de control, ¿qué estamos insinuando con ello? ¿Hay alguien por encima de alguien? ¿Hay alguien pode debajo de otro? ¿Qué parámetros tendriamos que utilizar para saber quien está por encima de quien? ¿Económicos? ¿Emocionales? ¿Sociales? ¿Habilidades?
Cuando dos personas se juntan, hablo de parejas, o cuando varias se tienen que ver y trabajar dia a día juntas, en el trabajo u otras circunstancias, lo que nos juntamos no somos números, sino personas; personas con sentimientos, con experiencias, con riqueza. Y cuando nos juntamos, la suma de lo que cada uno aporta es algo más que una operación matemática. En cuestiones de pareja o de equipo 1 + 1 no es igual a dos, sino a mucho más, porque lo que se junta de uno y de otro es de una riqueza tal que multiplica enormemente lo aportado por cada uno.
Es el respeto, la valoración del otro y potenciar la singularidad de cada uno es lo que hace que se pueda ir creciendo exponencialmente. Cuando queremos mandar, controlar o tener una actitud de poder lo único que conseguimos es que crezca uno, que frene otro y que la riqueza de ambos se vea menguada.
Hay un bonito video de gansos que nos invita a pensar en como llevamos nuestras relaciones personales, familiares o laborales. Es un bonito reportaje que lo podemos encontrar también en el ciclismo. Miralo, piensa y actúa.