¿En que se parece la fe al capricho? En la persistencia de ambos en conseguir lo que se quiere. El niño no dejará de llorar y de patalear hasta conseguir lo que quiere. Solo después de mucho tiempo se calla y abandona cuando se da cuenta de que no es él sino agentes externos a él los que hacen imposible una realidad. Pero hasta entonces no ha dejado de intentarlo.
La fe no es tanto "creer en lo que no vimos" sino más bien "confiar en lo que se quiere ver". Es una actitud de confianza en lo que se quiere, en lo que se busca y en lo que se intenta. Es la confianza plena de que aquello que se busca es sumamente importante para uno.
Es esta importancia, la motivación, lo que hace que la fe tenga esa fuerza increíblemente poderosa capaz de mantener a uno en la lucha hasta el final. Ejemplos de ello tenemos muchos, como el que lucha contra su propia enfermedad alargando su proceso de vida hasta limites muchas veces inimaginables por los médicos.
Es esa confianza y esa motivación la que ha hecho posible que muchos estudiantes hayan conseguido sus objetivos a pesar de cantidad de dificultades económicas o sociales. Es la ilusión y el sentido de lo que uno persigue lo que ha hecho posible que muchos científicos o personas hayan logrado solucionar muchos problemas, a veces de salud, otras económicos y hasta de todo tipo de retos que había en la vida para solventar cantidad de obstáculos que las personas nos encontrábamos en la vida.
Fe es precisamente eso, confiar en que sí se puede, en que sí es posible, en que si se persiguen los sueños se harán, tarde o temprano, realidad.