20/7/12

Jesús y nuestros sueños



Una de las claves del mensaje de Jesús y que persigue el crecimiento de la persona humana como tal es cuando nos marca una pauta muy concreta: "Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; tocad y se os abrirá". 

Durante mucho tiempo se nos inculcaba la resignación como un modelo cristiano de vida. Tal vez ese espíritu desalentaba y alejaba a mucha gente de la Iglesia y de la relación con Dios. La resignación era como claudicar ante la vida, los retos de ésta y las circunstancias desfavorables que podíamos encontrarnos.

Cuando escuchamos por boca de Jesús que pidamos, busquemos y toquemos a la puerta nos encontramos ante la imagen de un Jesús un tanto inconformista ante las circunstancias de la vida. Tres son sus propuestas más concretas:

  • Pedir. Quien no pide es porque no tiene necesidad, o tal vez no tenga sueños, metas o ilusiones que llevar a cabo. Quien no pide es porque no tiene a donde dirigirse o con que complacerse. Pedir es tener un sueño, una ilusión, una meta, un deseo, una motivación por lo que luchar y por lo que vivir. Cuando pedimos mostramos que tenemos un sentido de la vida, un porqué para levantarnos cada día y un sitio hacia donde dirigirnos.
  • Buscar. Cuando pedimos nuestra mente ya se pone a trabajar de forma inconsciente esa parte derecha de nuestro cerebro. Si pedir es importante, el cómo no lo es menos; es pasar del mero deseo a la acción. Es el ponerse en camino para hacer realidad una necesidad y un sueño que tenemos. Es pasar del esperar a que alguien me lo de hecho al sentir la responsabilidad que el cómo depende de mi mismo. Es la actitud de búsqueda de aquellos que no se conforman simplemente con pedir, sino que buscan como poder llegar a realizarlo en la vida.
  • Tocad. Tal vez sea uno de los pasos más difíciles. Dar el paso, el primero o el segundo o el tercero. Dar el paso es ponerse en camino y lo que es más importante, es comenzar a vivir lo que uno desea, lo que quiere ver realizado en su vida. Tocar a la puerta es pasar del mundo de la necesidad al mundo del hacer algo por remediarla; es pasar del mundo de las ideas y de las intenciones al mundo de la acción.
Así pues Jesús muestra un gran sentido de respeto por la persona humana cuando lo invita a sentir la necesidad de mejorar, de que sueñe y busque los medios para no resignarse ante las situaciones adversas, pero sobre todo la responsabilidad de dar pasos, de tocar puertas, de vencer miedos a la hora de hacer algo y no quedarse meramente en el mundo de los sueños.

Jesús opta por el crecimiento invitándonos a ser inconformistas, a soñar con mundos nuevos y a crear nuevas circunstancias dando pasos cada día.