3/6/16

Resilencia, un buen hábito para una buena vida.



1. Conciencia de sus limitaciones y posibilidades. No hay nada como conocerse a sí mismo, saber de lo que eres capaz y de lo que no, de tus fortalezas y de tus limitaciones. El conocimiento de ti mismo de hace creer en ti mismo de forma realista y saber lo que puedes afrontar con naturalidad en la vida sin tener que depender de las opiniones de los demás.

2. Creatividad. Ante cualquier dificultad que tenemos en la vida es muy frecuente que la gente se paralice mentalmente. La dificultad suele ser una traba muy grande que suele dejarnos sin ideas. La persona con resilencia es enormemente tranquila y objetiva, con capacidad de análisis de la realidad y con apertura de mente para construir desde donde está. La imaginación es un gran don que tiene para salir adelante en situaciones difíciles.

3. Confianza en si mismos. Cuando uno cuenta con el poder di mismo, de la confianza en sus posibilidades, su manera de pensar y actuar, se desarrolla una fuerza especial que hace a la persona capaz de superar retos importantes. Basta ver a cantidad de personas ciegas o con limitaciones en sus piernas o brazos para ver como superan obstáculos y retos que en condiciones normales no serían capaces de superar. Es la confianza en ellos mismos lo que les hace ir siempre hacia adelante y de forma positiva. 

4. Aprender de cada situación. Es la mirada positiva en medio de la oscuridad, de la frustración y de la dificultad. ¿Qué podemos aprender de cada situación que se nos viene encima y se nos viene grande? Dicen que los grandes marineros no se hicieron en puerto sino en el mar, en el mar con grandes olas y tempestades. Es ahí, en medio de la dificultad, donde podemos aprender mucho más sobre nosotros mismos y sobre la misma vida.

5. Conciencia Plena. Tomar conciencia de cada situación y de cada momento es hacerse parte de esa realidad, y en la medida que me hago parte de ella puedo conocerla y puedo utilizarla para aprender más de la vida, pero también para poder salir de ahí, pero partiendo desde esa misma realidad. Conciencia plena conlleva aceptación de la realidad, y desde esa aceptación se puede superar superar cualquier obstáculo, puesto que tenemos la mente libre y los mayores obstáculos se encuentran en ella.


6. Objetividad, pero siempre a través de una mirada optimista. Las personas resilientes son objetivas, saben cuáles son sus poderes y fortalezas, sus recursos  y sus metas, pero eso no implica que no sean optimistas. Su consciencia de que nada es completamente positivo ni negativo, les lleva a centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de los retos. 

7. Saber rodearse. Rodearse de personas que sueñan, buscan y desean superarse constantemente es un aliciente para las personas resilentes. Sus compañías son apoyo y fortaleza, fuente de motivación y de enstusiasmo.

8. No necesidad de control. No necesitan controlar la realidad, porque saben que lo importante es controlarse ellos ante la realidad. Saben que la realidad cambia de forma constante, y que con los cambios ellos tienen que saber mantener enfocada su vida, sus metas y sus sueños. El contro más efectivo es el que se realiza sobre uno mismo.

9. Flexibilidad en el cambio. De ahí que la flexibilidad sea algo tan importante. Adaptarse te da por una parte la capacidad de amoldarte a lo que hay y al mismo tiempo la capacidad de pensar a donde puedes llegar desde donde estás. El rechazo no forma parte de su trayectoria porque mantiene la mente y la vida cerrada al cambio real y efectivo.

10. Persistencia en sus propósitos. Roma no se conquistó en un día. Persistencia, constancia, perseverancia es lo que hace que puedan conseguir su sueño y el paso que buscan de forma constante en la vida.

11. Afrontar la realidad con optimismo y alegría. Si el camino no se hace de forma optimista y alegre es porque no lo comprendes  y no sabes disfrutar de cada peldaño que toca subir y de cada paso que hay que dar. Se disfruta, aunque a veces cueste, del camino. Se sabe que el sueño no es simplemente la meta sino todo el proceso que conduce a él.

12. Buscar ayuda y apoyo. Humildad y reconocer que los demás pueden aportar algo a la propia vida es lo que hace que el resilente no se encierre en si mismo. Sabe perfectamente que tiene recursos internos, que son limitados, pero que también los tiene externos y de los que puede echar mano. Es por ello que su mirada se centra en si mismo al tiempo que a su alrededor puesto que todo lo que le rodea, cosas o personas, pueden ser un estímulo o una lección para su propia vida.