16/12/15

Bendito debate



Ayer tuve la ocasión de escuchar un debate a las elecciones de la Presidencia de Gobierno en España. Días antes estaba pensando que este tipo de debates deberían suprimirse por Ley. Puede parecer absurdo y antidemocrático, pero es lo que creo y pienso. El debate de ayer, que me decepcionó hace que me reafirme en esta idea.

Lo que convence es el trabajo realizado.

Somos personas de palabras, de ideas, de promesas. Creemos y depositamos nuestra confianza en otras personas, y otras personas la depositan en nosotros. Pero lo que da credibilidad a la persona no es tanto la palabra sino lo que uno ha hecho y hace en la vida. Por eso creo que cualquier discurso político tiene que estar avalado por el trabajo que ha realizado una persona.

  • El trabajo personal.
Hay un trabajo que no depende de nadie, el que uno hace porque quiere, porque le gusta, porque se siente realizado y porque le da sentido a la vida. Tal vez es uno de los trabajos más bonitos y sinceros que hay puesto que nace desde la libertad y desde la naturalidad de la vida.
Considero que es una etapa en la que en esa libertad que se siente no te sientes condicionado ni por nada ni por nadie. Conectas con la gente. Ofreces lo que eres y lo que tienes. Te sientes bien si lo reciben y no tan bien si lo rechazan. Pero es algo que depende única y exclusivamente de tí. 
¿Será la vocación que llevamos dentro? Nadie tiene que decirnos lo que hacer. Tal vez nos den ideas, pero todo nace desde dentro de uno mismo. El tiempo y lo duro que pueda ser pasan inadvertidos.

  • El trabajo cara afuera.
Entro aquí en el terreno en el que comenzaba a hablar al principio, un terreno en el que ya no trabajas para tí sino que trabajas también para otros. Un terreno en el que aparecen ciertas cosas que pueden colisionar de frente con los valores que teníamos cuando actuábamos en solitario o por cuenta propia:
  •  El poder. Algo que obsesiona y emborracha a muchos. Hay una frase que tal vez lo resuma todo: "Dale poder a una persona y acabarás conociéndola tal cual es". Hay personas que con el poder se transforman y todo aquello que para ellos era un valor cuando vivían por cuenta propia ahora se transforma y se abrazan a lo que rechazaban y nunca pensaban en abrazar. Hay un cambio radical en ellos. ¿Lobos disfrazados de ovejas? 
  • El dinero. "El dinero llama al dinero". Lo que antes no tenía tanta importancia ahora se convierte en un objetivo. El problema real es que cualquier cantidad es pequeña. Se aspira a tener cada vez más y más. Hay extraños personajes que siguen viviendo sus valores, con el ex presidente Mújica, pero no es lo normal. 
  • Apariencias. Y entramos en un mundo peligroso, en el que queremos aparentar lo que no somos. Nos ponemos por encima de los demás. Pisoteamos al otro. Utilizamos la mentira. Difamamos para quedar en mejor posición, etc. Esto es lo que he vivido ayer en el debate, y lo que vivo en las tertulias, el los plenos del Congreso, etc.
Convencer con lo trabajado.
Es por ello que uno no debería gastarse un duro en propaganda política. Ni en carteles, ni en discursos, ni en folletos. ¿Por qué? Tan sencillo como que "por sus obras los conoceréis", o por lo de "obras son amores y no buenas razones.
Lo que tiene que convencer de cada persona es la propia historia persona, esa que uno se ha ido labrando sin esperar nada a cambio y que es la que reconocen los que nos rodean sin necesidad de discursos ni de promesas. 
Lo que me avala es lo que libremente he hecho porque ha nacido desde dentro de mi. El resto es puro sonido de viento.