24/11/10

Liderazgo: todo un doble proceso de venta



Aunque parezca un lenguaje un tanto duro considero que el liderazgo es todo un auténtico proceso de venta en el que vendes un ideal, un proyecto, unos sueños pero en el que, sobre todo, te vendes a ti mismo.

Vendes sueños en los que las necesidades y expectativas de las personas están en juego. Un político que no es consciente y no está dispuesto a satisfacer las necesidades de la gente difícilmente conseguirá mover a la gente, crear seguidores y llevar a cabo sus objetivos. Un padre o madre de familia también, como lideres, tienen que saber vender a los hijos aquellos valores y sus actitudes correspondientes que quieren que asuman en la vida. Un comerciante tiene que estar atento a las necesidades de los clientes potenciales si quiere verlo en su negocio con actitud de compra. Y aunque hay necesidades que el mercado tiende a crear, las hay también que son reales y se reconocen al instante.

Pero el líder también se vende a s si mismo. Detrás de un discurso hay una vida, unas actitudes y unas relaciones con todos aquellos a los que se les invita a participar de un proyecto. La distancia entre un líder y su pueblo, entre un comerciante y sus clientes, entre unos miembros de la familia y otros, pueden dificultar, y seriamente, el liderazgo y la credibilidad del propio líder a la hora de ser seguido. Cercanía es pues algo indispensable, porque en la cercanía se siente a la persona, en la cercanía se conocen sus necesidades y en la cercanía se crean los vínculos afectivos necesarios para convencer no por las ideas y sí por la propia vida de uno que hace viables las ideas que predica o profesa.

Cómo vendemos nuestras ideas, proyectos, ilusiones o deseos es algo muy importante. Cómo nos vendemos a nosotros mismos, mucho más. Lo más importante es que ambas suele ir unidas, por lo que ambas hay que cuidar ya que es parte de nuestra coherencia e integridad.