8/5/13

Nuestro estados anímicos.



Pego hoy en el Blogg una entrevista hecha en el periodico a Christophe André. Creo que es interesante y enriquecedora.

Christophe André: «Los estados anímicos negativos ayudan al hombre a sobrevivir»
-Más que de estados de ánimo, en los últimos años hay desánimo.

¿No solo ahora. Se han hecho estudios y en todos los idiomas del mundo hay más palabras que describen los estados de ánimo negativos que los positivos.

-¿Y eso qué quiere decir?

¿Tres cosas: que la vida es muy difícil, que a los humanos les gusta mucho quejarse y la más concluyente, que la evolución privilegió estos estados.

-¿Por qué?

¿Nuestra especie está preparada para sobrevivir y los estados anímicos negativos ayudan. Estar inquieto permitió al hombre prehistórico escapar del peligro y comer.

-¿Y los positivos?

¿Solo son útiles tras escapar del peligro, para disfrutar de la vida.

-¿O sea, que se necesita una dosis de negatividad?

¿Sí, el equilibrio psicológico no es 100% positivo: la inquietud nos sirve para reflexionar y buscar soluciones y la culpabilidad, para ser más responsables de nuestros actos.

-¿El rencor es un veneno?

¿Sí, es una emoción muy importante. La psicología ha logrado curar más o menos la angustia y la depresión, pero no la cólera, la crítica o la amargura, que son grandes destructores del ser humano.

-¿La amargura da cáncer?

¿Esa es una información peligrosa. Lo que sí es seguro es que la emoción puede agravar o mejorar el estado de salud, pero no fabrica ni suprime enfermedades.

-¿Usted escribe que se puede aprender la serenidad.

¿Sí, pero se necesita práctica, ejercicios constantes. Es la meta de la psicología positiva.

-¿Según leo, propone el perdón.

¿Igual que con el resentimiento, la gente se hace daño a sí misma porque no sabe perdonar ni perdonarse. El perdón es una liberación.

-¿Qué nos dice del odio?

¿Mucha gente es presa del odio. El perdón no es renunciar a la justicia. Requiere fuerza interior y capacidad de vivir pese a las heridas.

-¿Qué nos devuelve el buen humor?

¿La gratitud. Agradecer la música de Mozart, la comida con un amigo, una puesta de sol. La gratitud ensancha la felicidad. Y la felicidad se contagia.